El socialista Costa mejora sus resultados en Portugal, pero necesitará socios para gobernar

m. ballesteros / m. lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Costa se dirige a sus seguidores en el cuartel general socialista en Lisboa, tras conocerse su triunfo
Costa se dirige a sus seguidores en el cuartel general socialista en Lisboa, tras conocerse su triunfo MARIO CRUZ Efe

El Bloco se ofrece a proporcionar estabilidad y negociar un programa de legislatura

07 oct 2019 . Actualizado a las 08:30 h.

El Partido Socialista (PS) de António Costa ha ganado las elecciones legislativas de este domingo en Portugal con un 36,6 % de los votos, a falta del recuento del voto de los consulados. Frente a él, el 27,9 % del conservador Partido Social Demócrata (PPD/PSD), de Rui Rio, representa su peor resultado desde 1983. Por su parte, el Bloco de Esquerda se sitúa con un 9,6 % de los votos como la tercera fuerza parlamentaria y los comunistas del PCP-PEV, que se quedan con un 6,4 % frente a los 8,07 % que tenían hace cuatro años, experimentan una estrepitosa derrota que se puede interpretar como el castigo de su electorado al apoyo al Gobierno socialista de Costa. A falta del escrutinio final, Costa tendría 106 diputados en la Cámara. que no serían suficiente para gobernar en solitario.

El actual primer ministro no ha conseguido la mayoría absoluta que anhelaba y en cuya obtención basó buena parte de su campaña. Su objetivo, pues, de gobernar sin la necesidad de escuchar las exigencias del Bloco de Esquerda y de los comunistas ha caído en saco roto entre el electorado. Ahora bien, los resultados obtenidos por el socialista mejoran en prácticamente cinco puntos porcentuales los logrados en el 2015, lo que le favorece a la hora de negociar con sus posibles socios. Estos no han logrado sacar provecho de su apoyo al Gobierno. Y si los comunistas se han hundido, el Bloco de Catarina Martins acusa el desgaste únicamente en unas décimas que representan algo más de 53.000 electores que en esta ocasión han elegido otra opción en las urnas o simplemente no han acudido a los colegios a votar.

«La democracia no es seguramente un sistema perfecto, pero es mejor cuanta más gente participe», señaló Martins tras votar en un colegio cerca de Oporto.

Disponibilidad del Bloco

Conocidos los resultados, Martins reconoció la victoria del PS e insistió en la disponibilidad del partido para una negociación con los socialistas. «En el BE, los compromisos son para cumplirlos», declaró. Fue incluso más explícita en apostar por la estabilidad. O el PS «escoge la estabilidad» y negocia un programa de Gobierno con el Bloco de Esquerda o hará negociaciones «presupuesto a presupuesto» y año a año, señaló.

El otro socio de Costa, el comunista Jerónimo de Sousa, confiaba por la mañana en que la participación aumentase: «Después de una campaña dinámica, esperamos que eso reduzca la abstención». No fue así. Precisamente la elevada abstención, un 46 %, cuando en el 2015 había sido del 44,3 %, ha podido perjudicar a las formaciones de izquierdas. Durante la campaña, De Sousa ya había manifestado que solo prestarían sus votos si el PS se compromete a un salario mínimo de 850 euros frente a los 600 actuales y a derogar la reforma laboral impuesta por la troika (BCE, Comisión Europea y el FMI). De todos modos, es posible que Costa no necesite su apoyo y pueda gobernar con solo el del Bloco.

En total, 21 partidos, un récord, han concurrido a unas elecciones en las que el actual primer ministro ya partía como favorito.

En quinta posición ha quedado el CDS-PP de Assunçao Cristas. La formación ha obtenido el peor resultado de su historia desde 1987, un 4,25 %. Y su líder ya anunción ayer que convocará un consejo nacional para adelantar el congreso del partido y elegir a un nuevo líder. Su actitud la honra, dijeron desde la formación. De todos modos, en la anterior convocatoria había participado coaligado con el partido de Rui Rio. Entonces, la coalición ganó los comicios, pero un habilidoso Costa negoció con otros partidos de izquierda y dio la vuelta a los resultados que había obtenido la derecha.

Los ecologistas del PAN (3,28 %) de André Silva están satisfechos. Han duplicado los apoyos cosechados hace cuatro años, lo que les valdría 4 diputados. Mientras que los liberales de Illinois (1,24 %) han entrado con uno.

También el partido de ultraderecha Chega, que planteaba una de las incógnitas de la noche, logró, con el 1,30 % de los votos, hacerse con un diputado. Al igual que la formación Livre.