Los retos económicos del próximo Ejecutivo luso

Elvira Vieira TRIBUNA

INTERNACIONAL

06 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La idea de recuperación económica, con una política favorable al desarrollo, liderada por el Gobierno socialista (PS), ha representado un arma de doble filo, en los últimos cuatro años. Por un lado, aumentó los niveles de confianza de los agentes económicos, especialmente de las familias, lo que se tradujo en una recuperación del consumo privado, basada en una reducción significativa del desempleo. Sin embargo, también tuvo el problema de crear la ilusión de que el país estaría en condiciones de olvidar los tiempos difíciles de la troika, lo que llevó a una gran disputa social, con la demanda de aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo, especialmente entre los funcionarios públicos. Este período estuvo marcado por muchas huelgas, también en el sector privado, lo que debilitó la acción del Gobierno y su relación con los socios políticos de extrema izquierda. Otros dos hechos que también marcaron negativamente la legislatura y que causaron mucho desgaste político en el Gobierno fueron los grandes incendios del 2017 y el robo de la base militar de Tancos, en que la capacidad de gestión de crisis del Gobierno ha sido puesta en tela de juicio y ha servido como arma arrojadiza durante el período de la campaña electoral, especialmente después de la acusación formal del exministro de Defensa, por participar en la puesta en escena del proceso de recuperación del material de guerra robado en Tancos, en medio de la campaña electoral, que benefició en las encuestas al principal partido de oposición. Si antes había la duda sobre la posibilidad de que el PS obtuviera una mayoría absoluta, después de este episodio, la duda parece estar en el o los partidos que harán posible la constitución del Gobierno del PS.

En cualquier caso, se espera que el próximo ciclo del Gobierno mantenga el camino de corrección de las cuentas públicas, con una fuerte restricción del gasto y un aumento significativo de la inversión, especialmente por parte del Estado, siguiendo la tendencia marcadamente ascendente que viene desde el 2017. La falta de capacidad estatal para invertir ha presionado a varios servicios públicos debido a la falta de fondos o cautiverios presupuestarios, un mecanismo de política fiscal que ha ganado gran relevancia en esta legislatura. Aliviar esta presión también podría beneficiar las relaciones con España, dado que el futuro Gobierno dará mayor importancia a las relaciones bilaterales, especialmente cuando presuponen inversiones conjuntas. En el caso de las relaciones transfronterizas, las instituciones que más trabajan en cooperación continúan teniendo poco peso político y poco músculo financiero, y la mayor capacidad y voluntad de inversión de este futuro Gobierno puede presentar una oportunidad para ampliar los horizontes.