La era Macri alcanza sus peores cifras de pobreza en Argentina

GUILLERMO REDONDO BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Juan_Ignacio_Roncoroni | EFE

Uno de cada tres ciudadanos es pobre y el 7,7 % están en situación de indigencia, según las últimas estadísticas

06 oct 2019 . Actualizado a las 09:27 h.

La pobreza se ensaña con Argentina. El país, sumido en la carrera electoral para la Presidencia, recibió el lunes otro golpe de realidad. Los datos oficiales señalan que uno de cada tres argentinos vive bajo el umbral de la pobreza. En el primer semestre del 2019, el porcentaje de pobres aumentó hasta el 35,4 %, la peor cifra de la era Macri. El estudio es previo a la caída de agosto tras el efecto económico provocado por las primarias, en las que el presidente perdió frente a Alberto Fernández, y podría agravarse.

Los políticos tendrán que lidiar con el indicador que muestra la realidad de la calle. Al pasear por Buenos Aires es imposible no encontrarse gran cantidad de personas viviendo en los soportales de las zonas más ricas y durmiendo sobre colchones; también lo es no ver a muchos pidiendo limosna y resulta difícil ir en tren o metro sin cruzarse con varias personas que buscan un ingreso vendiendo cualquier producto de menor importe. Incluso las denominadas villas miseria, asentamientos inhóspitos de viviendas a medio construir, ocupan grandes terrenos de la ciudad desde hace mucho tiempo.

Los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) muestran que el 7,7 % de la población vive en la indigencia, que se añade al 27,7 % de pobres no indigentes. En un momento económico tan delicado, los servicios sociales, las asociaciones y las fundaciones de ayuda hacen un papel trascendental.

En el barrio de Retiro, una de las instituciones dependientes de la Iglesia ofrece ayudas, como servicios de comida, ropa y un plan de reinserción mediante un internamiento de uno a tres meses. El comedor a la hora del desayuno se llena de varones que se resguardan, conversan y esperan su ración. En la cocina, las tres mujeres que se encargan del servicio preparan a diario el desayuno para 80 personas. «Esto no es de ahora, no es por el presidente actual o por otro, lleva así mucho tiempo. No es que haya aparecido de golpe. Siempre hemos tenido muchas personas», explica una de ellas mientras prepara una bandeja de pan.

Muchos más hombres

El encargado del hogar, Alfonso, cuenta que siempre han trabajado a destajo y han tenido cubiertas las plazas de internamiento en los 23 años de funcionamiento, pero que la situación en los últimos tiempos se ha recrudecido. En este hogar, la presencia de hombres es mucho mayor que la de mujeres. «Cuando caen en crisis, lo primero que hacen los varones es alejarse de los vínculos afectivos. El hombre suele ser el que se va», argumenta.

Según los datos del Indec, que no recoge cifras previas al 2016 por una intervención en el pasado mandato, la población más perjudicada se sitúa en la edad adulta, entre los 30 y los 64 años, que son un 41,6 % del total. El 21,6 % son niños entre 0 y 14 años y el 23,9 % entre los 15 y 29 años.