Lula se atrinchera hasta que lo declaren inocente

carlos meneses sánchez SÃO PAULO / EFE

INTERNACIONAL

Marcelo Chello | EFE

El expresidente brasileño se niega a pasar de la cárcel al régimen semiabierto al que tiene derecho

03 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El año pasado, Luiz Inácio Lula da Silva se atrincheró durante dos días en un sindicato para evitar ir a una cárcel que ahora se niega a cambiar por un régimen semiabierto, en el enésimo embate del expresidente brasileño con el Poder Judicial. La decisión del líder socialista ha sumido al mundo jurídico en un intenso debate sobre si es posible o no que un preso se niegue a ejercer el derecho de progresar de régimen cuando cumple con los requisitos que marca la ley.

Lula, que cumple desde abril del 2018 una condena de 8 años y 10 meses por corrupción y blanqueo de capitales, dijo el lunes que no quiere «cambalaches» con su «libertad» y que solo saldrá de prisión cuando se le declare inocente. Por el contrario, los fiscales de la operación Lava Jato, la vasta trama corrupta destapada en la estatal Petrobras que llevó al exjefe de Estado (2003-2010) a la cárcel, son favorables a que pueda trabajar durante el día en libertad y duerma por las noches en prisión. El mundo al revés.

Los fiscales que le acusaron piden que salga porque ha cumplido un sexto de su pena en régimen cerrado y ha demostrado tener buen comportamiento, pero Lula quiere continuar entre rejas por «dignidad». «Estamos ante un caso excepcional en el que un reo no quiere ejercer un derecho. Es un caso raro, único, sin precedentes y para el que apenas hay jurisprudencia», dijo a Efe Davi Tangerino, profesor de derecho penal del centro de estudios Fundación Getulio Vargas.

En medio de este desencuentro falta el dictamen de la jueza de primera instancia Carolina Lebbos, encargada de la ejecución de su pena, la misma que intentó trasladarle en agosto a una prisión en São Paulo y negó su salida de la cárcel en enero para asistir al entierro de un hermano.

La magistrada debe pronunciarse en los próximos días sobre si escucha a los fiscales y concede el régimen semiabierto en contra de la opinión de Lula o toma como definitiva la postura del expresidente y le deja en su celda «especial» de la sede de la Policía Federal de Curitiba (sur).

Negativa a la tobillera

La jueza podría incluso autorizar un régimen semiabierto domiciliario o pasarlo directamente al abierto, obligándole a llevar tobillera electrónica, en caso de que no se encuentre ningún centro penitenciario que reúna las condiciones para albergarlo. Sobre la posibilidad de la tobillera, Lula también ya ha avisado que no la aceptaría. «No soy una paloma mensajera como para andar con eso», declaró.

Si Lula mantiene su negativa, podría incurrir en una falta disciplinaria y de nuevo ser decretada su vuelta al régimen cerrado, según algunos analistas. Para obtener su carta de libertad, Lula se aferra a una posible decisión favorable en el Tribunal Supremo, que aún debe analizar un habeas corpus presentado por su defensa en el que solicita anular su proceso bajo la premisa de que el juez que lo condenó, el ahora ministro de Justicia Sergio Moro, actuó de forma parcial.