La oposición acusa a Johnson de promover el odio con su lenguaje incendiario en el Parlamento

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

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El presidente de la Cámara de los Comunes calificó de «tóxica» la sesión parlamentaria del miércoles

27 sep 2019 . Actualizado a las 08:25 h.

«A la lengua y a las serpientes hay que temerles». El primer ministro británico, Boris Johnson, está descubriendo la veracidad de este refrán popular, pues ayer fue acusado por la oposición en pleno e incluso por algunos de sus colegas conservadores de «promover el odio» con el tono incendiario con el que se dirigió a los diputados en la primera sesión del Parlamento tras el fallo judicial que anuló la suspensión de su actividad.

Durante el debate el premier llamó «cobardes» a sus rivales, calificó de «muerto» al Parlamento y acusó a esta institución de «sabotear» sus intentos por materializar el brexit. Incluso aseguró que la mejor manera de homenajear a la diputada laborista Jo Cox, asesinada en el 2016 por un radical, era cumplir con el mandato del referendo celebrado ese año y sacar al país de la UE.

«Había una atmósfera en la Cámara que no he visto en mis 22 años [de carrera] (…) En ambos lados las pasiones se inflamaron, se pronunciaron palabras furiosas, la cultura era tóxica», se quejó el presidente de los Comunes, John Bercow.

Desde el Partido Laborista denunciaron que la oficina de uno de sus diputados, Jess Philips, fue atacada por un individuo, que fue arrestado por la policía, una acción que achacaron al clima de polarización reinante en el país. Por su parte, la líder de los liberaldemócratas, Jo Swinson, declaró que el premier con su «vergonzosa» actuación había quedado «como un farsante».

Censura del nieto de Churchill

La crítica más dura vino del nieto de Winston Churchill, Nicholas Soames. «Crecí en una casa donde me inculcaron que el trabajo del primer ministro, incluso en circunstancias muy difíciles, es tratar de unir al país. Lo que hizo el primer ministro ayer [por el miércoles] fue separarlo más (…) Quiero que Boris Johnson comience a comportarse como un primer ministro». El partido nacionalista galés Plaid Cymru anunció que está analizado vías para censurar la actuación del premier. Esta no le ha servido más que para fortalecer el frente que se opone a sus políticas, en el que están algunos de los 21 diputados a los que expulsó por no votar con el Gobierno en agosto.

Como muestra de la tensión, ayer 306 legisladores frente a 289 votaron en contra del receso solicitado por el Ejecutivo para celebrar la convención anual de los tories.