Boris Johnson estudia pedir a los tribunales que anulen la ley contra el «brexit» duro

Juan Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Boris Johnson y la ya exministra de Trabajo Amber Rudd
Boris Johnson y la ya exministra de Trabajo Amber Rudd ANDY RAIN | EFE

Dimite la titular de Trabajo por la gestión de la crisis

09 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Boris Johnson parece no estar preocupado con los planes de la oposición británica de llevarlo ante la Justicia para conseguir que aplique la ley que prohíbe el brexit sin acuerdo y así forzarlo a solicitar una nueva prórroga a Bruselas para pactar el divorcio, pues él mismo estaría pensando en recurrir a los tribunales para pedirles que anulen esta iniciativa.

El anuncio lo hizo el secretario de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, quien durante una entrevista este domingo en la televisión Sky News afirmó: «La ley de rendición que [el líder laborista] Jeremy Corbyn impulsó es una pieza de legislación tan mala que requiere ser examinada [por las Cortes]».

Aunque se mostró esquivo a la hora de precisar si el premier ya había decidido demandar la nulidad de la ley, Raab se mostró confiado en las posibilidades de éxito en caso de que se optara por abrir un frente judicial. «Tuvimos dos demandas judiciales la semana pasada y ganamos las dos», recordó, en alusión a los fallos que avalaron la polémica decisión del Ejecutivo de suspender las actividades parlamentarias durante cinco semanas.

Asimismo, el jefe de la diplomacia calificó de «ridículos» los pronósticos emitidos por juristas y políticos en relación con que Johnson podría terminar en prisión si rehúsa solicitar la nueva prórroga a Bruselas. ¿La razón? «Por supuesto que no va a romper la ley», zanjó. 

Otra baja

El fin de semana tampoco terminó siendo bueno para Johnson, quien durante la noche del sábado cenó con la noticia de que otro miembro de su Gabinete lo dejaba en protesta por su gestión del brexit y por su decisión de expulsar a los 21 diputados conservadores que la semana pasada respaldaron la ley que prohíbe una salida de la Unión Europea (UE) sin acuerdo. En esta ocasión se trata de la titular de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd.

La ahora exministra, quien también dejó su escaño en el Parlamento, se fue lanzando duras críticas contra el premier. «No puedo apoyar este acto de vandalismo político», escribió en su carta de renuncia sobre la purga en el partido. «Me uní al Gabinete de buena fe, aceptando que el no acuerdo estaba sobre la mesa, porque significaba la posibilidad de lograr un nuevo acuerdo y salirnos el 31 de octubre. Sin embargo, ya no creo que lograr un acuerdo sea el objetivo principal del Gobierno», señaló, al tiempo que denunció que no había visto en las negociaciones con Bruselas el mismo ímpetu puesto en los preparativos para un divorcio a las malas. La renuncia de Rudd se produce después de que el viernes el propio hermano del premier, Jo Johnson, quien ocupaba la cartera de Universidades, hiciera lo mismo, dejando en evidencia a su familiar.

Pero Johnson ya ha encontrado sustituta de Rudd al designar a la diputada conservadora Therese Coffey ministra de Trabajo y Pensiones. Coffey fue responsable de Medio Ambiente en e l anterior Gobierno de Theresa May. Al igual que Rudd, apoyó la campaña en contra del brexit en el referendo del 2016.