El mandatario reconoció que la iniciativa francesa de dialogar con Irán es una más, junto a otras como la de Japón, para conseguir los objetivos que se ha fijado el G7: evitar que Irán desarrolle el arma nuclear y garantizar la estabilidad regional y que descienda la tensión.
El Gobierno francés había anunciado esta mañana que los líderes del G7, reunidos en una cumbre en Biarritz (suroeste de Francia) habían encomendado a Macron que «dirigiese un mensaje» a Teherán, algo que Trump desmintió poco después del ser preguntado por el asunto, lo que originó un embrollo diplomático. Para Macron, todas las líneas de actuación pueden ser válidas para alcanzar los fines, ya que «si los europeos no hubieran mantenido el acuerdo con Teherán, Irán lo habría abandonado, (pero) si no hubiese habido una política de sanciones y presión, habría probablemente menos voluntad de moverse por parte de los iraníes».