Prisión domiciliaria
Después de haberse beneficiado de una reducción de pena de algo más de un año, a Lula le queda poco para poder acogerse a una prisión domiciliaria, a no ser que sea condenado en algún otro caso. La defensa del exdirigente izquierdista, que siempre ha sostenido su inocencia y se considera un preso político, ha criticado la decisión de Lebbos. «Es un nuevo acto de coacción ilegal», afirman los abogados, que critican además que Lula no sea ubicado en unas dependencias acordes a su estatus de expresidente y excomandate supremo del Ejército.
«Otro gesto de persecución política», sostiene el PT aludiendo a que el órgano que solicitó el traslado (la Policía Federal) depende directamente de Sergio Moro, el exjuez que condenó a Lula y actual ministro de Justicia.