Una serie de sucesos reabre en Alemania el debate social y político sobre la seguridad

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Hors Seehofer, ministro del Interior alemán
Hors Seehofer, ministro del Interior alemán Michael Kappeler | Europa Press

La crisis migratoria, la creciente amenaza yihadista y el repunte de la ultraderecha han transformado el panorama mediático y la agenda política de la primera potencia europea

31 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace cinco años este tipo de episodios habrían aparecido publicados en la prensa alemana como sucesos sin más, las autoridades del país apenas se habrían referido a ellos, y gran parte de la población ni siquiera sabría de su existencia. Sin embargo, la crisis migratoria del 2015, unida a la creciente amenaza yihadista, y sobre todo el repunte de la ultraderecha, han transformado por completo tanto el panorama mediático como la agenda política de la primera potencia europea, donde una serie de acontecimientos ha reabierto el debate sobre la seguridad y provocado incluso que el ministro de Interior interrumpa sus vacaciones para convocar un gabinete de emergencia.

El último de ellos ocurría el lunes. Un hombre de 40 años mataba a un niño, de ocho, al arrojarle junto a su madre a las vías del tren en la ciudad de Fráncfort. «Un asesinato a sangre fría y espantoso», como lo definió ayer en rueda de prensa el socialcristiano bávaro Horst Seehofer, titular germano de Interior.

A tratamiento psiquiátrico

Aunque los motivos del ataque aún se desconocen, sí se sabe que el sospechoso, Ahabte A., estaba a tratamiento psiquiátrico y que las fuerzas del orden le buscaban desde la semana pasada. El hombre nació en Eritrea y llegó a Suiza en el 2006, donde residía con su familia tras recibir el asilo dos años más tarde, según explicó el presidente de la policía federal, Dieter Romann.

A pesar de que el partido de extrema derecha AfD no tardó en achacar la violencia al origen eritreo del agresor, las autoridades insisten en que el hombre, casado y padre de tres hijos pequeños, tenía empleo fijo y era considerado un inmigrante «modélico», que hasta había aparecido en alguna publicación como ejemplo.

«Poseía el permiso de residencia categoría C, el que se concede a las personas muy bien integradas», afirmó Romann. Ahabte A. estaba de baja médica debido a causas psicológicas, cuando el pasado jueves atacó y encerró a su mujer y sus hijos. Acto seguido, estuvo a punto de estrangular a una vecina, en cuya casa se atrincheró antes de darse a la fuga. 

Inesperado

«Todos ellos coincidían en que jamás le habían visto hacer algo así», subrayó Bruno Keller, subcomandante de la policía de Zúrich. Ahabte A. solo había sido fichado por las autoridades una vez debido a una infracción de tráfico. La Fiscalía de Fráncfort, que no ha encontrado indicios de alcoholismo ni drogas en las pruebas realizadas ni tampoco signos de radicalización de ningún tipo, ha dictado prisión preventiva en su contra, y le investiga ahora por un asesinato y dos intentos de homicidio.

Seehofer apostó por aumentar la presencia policial en los lugares públicos, así como el número de cámaras de videovigilancia. Todo con tal de mejorar «la sensación de seguridad» de los ciudadanos, que ha disminuido. En parte por los ataques perpetrados en su mayoría por ultraderechistas que se han registrado recientemente contra mezquitas, o contra políticos, como el diputado local Walter Lübcke, que fue asesinado por defender el asilo.