Firme y tenaz europeísta, pero impopular en Alemania

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Ursula Von der Leyen, exultante, tras conocer el resultado de la ajustadísima votación
Ursula Von der Leyen, exultante, tras conocer el resultado de la ajustadísima votación PATRICK SEEGER

La conservadora Ursula Von der Leyen sucede a Juncker al frente de la Comisión Europea

17 jul 2019 . Actualizado a las 00:59 h.

En los últimos años, su nombre se ha barajado para ocupar los cargos más altos en Alemania: la cancillería, como potencial sucesora de Angela Merkel, y hasta la presidencia del país. Tras fracasar en el intento, ha decidido jugarse todas sus cartas al mayor puesto de la UE, después de recibir el espaldarazo de Emmanuel Macron. Toda una sorpresa para la alemana Ursula von der Leyen, que releva a Jean- Claude Juncker y se convierte así en la primera mujer al frente de la Comisión Europea. 

La tenacidad y la fuerza de voluntad son sus señas de identidad. Von der Leyen es hija del político cristianodemócrata Ernst Albrech, que fue jefe del Gobierno regional de Baja Sajonia. Nació en Bruselas el 8 de octubre de 1958 en el seno de una familia protestante, y vivió en Bélgica hasta 1971. Al igual que su padre, es considerada una firme europeísta y forma parte de una organización suprapartidista que aspira a una mayor integración de la UE.

Estudió brevemente Arqueología, para luego cursar la carrera de Economía y finalmente la de Medicina, que terminó en 1987. Mientras, se casó con el catedrático y empresario Heiko Echter von der Leyen, con el que tiene siete hijos. Milita en la CDU desde 1990, aunque su carrera política se inició bastante más tarde. Después de haber ejercido como médica, pasó a ser ministra regional en Baja Sajonia, justo antes de integrar el equipo de Merkel para la campaña electoral del 2005.

Al ganar los comicios generales, la canciller la nombró ministra de Familia, el área que la hizo definitivamente estar en boca de todos. Pese a mantener siempre su fe y creencias religiosas, Von der Leyen impulsó una serie de medidas con el objetivo de facilitar que las mujeres compaginen su vida profesional y familiar. Ello desató aplausos por parte de izquierdistas, socialdemócratas y verdes, pero también rechazo entre muchos correligionarios conservadores, sobre todo de la CSU bávara, que seguían pensando que las madres deben quedarse en casa con sus hijos en lugar de reincorporarse al trabajo.

Desde entonces se convirtió en la ministra estrella de Merkel, que la reclutó para todas y cada una de sus legislaturas. De la cartera de Familia, Von der Leyen pasó a la de Trabajo y Asuntos Sociales en el 2009, y en el 2013 se alzó como la primera mujer en llevar las riendas del Ministerio de Defensa. Esta labor le ha permitido forjar importantes relaciones internacionales y, al mismo tiempo, le ha granjeado un sinfín de críticas.

No le ayudaron ni las acusaciones por haber plagiado su tesis doctoral ni los múltiples fiascos y escándalos que han sacudido al Ejército durante su mandato, incluido el de un terrorista de ultraderecha en las filas de la Bundeswehr. Von der Leyen, que actualmente vive con su familia en los alrededores de la ciudad de Hannover, ha llegado a admitir errores como líder del departamento, por haber contratado a asesores externos, e incluso ha tenido que comparecer ante una comisión parlamentaria por ello.

Hoy Von der Leyen es mucho más impopular en Alemania, donde los sondeos la sitúan como la segunda ministra del Gabinete con menos respaldo ciudadano, que en el resto del continente. Quizás por ello la amante de la equitación anunció que hoy, miércoles, dejaría la cartera, independientemente del resultado del resultado de la votación en Estrasburgo. Tal es el rechazo que genera que la propia Merkel se vio obligada a abstenerse de votar en el Consejo Europeo para designar a la que otrora fue considerada su delfina.