Obrador intenta congraciarse con su homólogo y detiene a 700 inmigrantes que viajaban hacinados en cuatro camiones

Redacción / La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

17 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Bajo la sombra acuciante de Trump, que amenaza con imponer aranceles a las mercancías mexicanas, el presidente Andrés Manuel López Obrador, centra sus esfuerzos en mitigar la crisis diplomática conteniendo el éxodo de migrantes desde Centroamérica. Con un escollo, el cese del responsable de Migración de México, Tonatiuh Guillén, una de las cuatro renuncias con que ha cerrado López Obrador sus seis primeros meses de gobierno.

El mandatario mexicano ha pasado del «Trump va a tener que aprender a respetarnos» a evitar la confrontación con su «amigo» norteamericano. Según el acuerdo alcanzado el 7 de junio entre los dos países divididos por una frontera, México dispone de 45 días para lograr reducir el flujo migratorio con destino a Estados Unidos o, de lo contrario, deberán tomarse otras medidas.

Zona de robos y secuestros

El despliegue de miles de agentes de la Guardia Nacional en la frontera sur de México no ha logrado desalentar a cientos de migrantes para cruzar la línea divisoria con Guatemala y continuar su recorrido por el país con rumbo a Estados Unidos, en su viaje de huida de la crisis. Y en el contexto de este giro de la postura de Obrador para colaborar con Estados Unidos, se llevó ayer a cabo el arresto de 700 indocumentados, en su mayoría de origen centroamericano, que fueron detenidos en el estado mexicano de Veracruz, según informaron las autoridades locales.

Agentes federales dieron el alto a cuatro tráileres en la autopista La Tinaja-Cosoleacaque. En un reten fueron descubiertos en el interior de las cajas de carga 700 centroamericanos (las autoridades no precisaron la nacionalidad de los migrantes) que viajaban hacinados y en condiciones infrahumanas.

El estado de Veracruz es paso obligado de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, y una región dominada por carteles que se disputan el trasiego de drogas y el control territorial, por lo que durante la travesía los migrantes están expuestos a robos, extorsiones, secuestros e incluso a asesinatos por parte de bandas criminales. Desde octubre del 2018, miles de personas han integrado caravanas a EE.UU., causa de los choques diplomáticos entre los dos países.