Escocia apura la maquinaria para otro referendo independentista y quedarse en la UE

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon RUSSELL CHEYNE | Reuters

Sturgeon afirmó que no aceptarán que el sustituto de May les diga que «no pueden elegir su propio futuro»

30 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Escocia no quiere perder la oportunidad de celebrar un segundo referendo independentista en la segunda mitad del año 2020, aprovechando el clima de incertidumbre política existente en el Reino Unido, y su ministra principal, Nicola Sturgeon, lo defiende como una nueva oportunidad que tienen los escoceses de rechazar el brexit.

En esa línea, Sturgeon presentó el proyecto de ley para sentar las bases de un segundo referendo independentista, con el que, según afirma, el pueblo escocés elegirá «su propio futuro en lugar de tener un futuro con brexit impuesto», pero en el que no establece la pregunta que se hará al electorado.

Sturgeon afirmó que los escoceses no aceptarán que el futuro primer ministro conservador que suceda a Theresa May en Downing Street les diga que «no pueden elegir su propio futuro».

Sus planes independentistas ya los había dado a conocer en abril, tras unos meses en los que había aparcado sus reivindicaciones. La fecha para la nueva consulta está elegida con mimo, pues quiere que sea antes del 2021, cuando termina su mandato.

El argumento comunitario

Por el momento, desde el Gobierno del Reino Unido se ha rechazado un nuevo referendo. Sin embargo, Sturgeon defiende a capa y espada que la legislación «establezca las reglas» para que cualquier consulta independentista, ahora o en el futuro, sea una competencia del Parlamento escocés y no de Londres.

Para la mandataria, está claro que Escocia debe tener la oportunidad de elegir «un futuro mejor» que el que ofrece Westminster, y alega que en su territorio una clara mayoría votó por seguir en el bloque común, tanto en el referendo europeo como en las últimas elecciones europeas.

Para los conservadores escoceses, el proyecto de Sturgeon se trata simplemente de su «último truco», pero no representa el parecer del conjunto de Escocia. De hecho, opinan que se repetiría el resultado de la consulta celebrada en el 2014, cuando un 55 % de los ciudadanos dijeron no. Mientras, desde filas laboristas criticaron que el Partido Nacional Escocés tenga una obsesión con la creación de un estado escocés propio, y consideran que es una distracción de los problemas reales de los que debería de estar ocupándose.