El «brexit» logra que el Parlamento británico tenga la sesión más larga desde la guerra civil del siglo XVII

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Sus señorías llevan sentadas más de 300 días. El líder laborista, Jeremy Corbyn, en una de las sesiones del eterno debate sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea
Sus señorías llevan sentadas más de 300 días. El líder laborista, Jeremy Corbyn, en una de las sesiones del eterno debate sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea HANDOUT | Reuters

Solo el debate que tuvo lugar entre 1640 y 1653, que sumó más de 3.000 días, supera a la actual temporada

19 may 2019 . Actualizado a las 08:38 h.

Para los que seguimos en directo los debates de la Cámara de los Comunes como si fuese esa final de la Champions convertida en un bonus extra de la Premier que los ingleses han exportado a Madrid, el brexit es una tragedia, sí, pero también un regalo de los dioses que reposan entre las ruinas de la abadía de Glastonbury.

Porque el embrollo de la salida del Reino Unido de la UE ha logrado lo que ningún guionista -ya les gustaría a los amanuenses de Juego de Tronos- habría conseguido jamás: que la actual sesión del Parlamento británico no se acabe nunca. Solo un disparate colosal como el brexit podía obrar esta hazaña. Y lo ha hecho: el período, inaugurado solemnemente por la reina Isabel el 13 de junio del 2017, ya suma más de 300 días de intervenciones, votaciones, réplicas y contrarréplicas. Algo inédito desde la contienda civil del siglo XVII, cuando el Parlamento estaba en guerra contra otro monarca, el rey Carlos I (que acabó perdiendo la cabeza en Whitehall), y los diputados debatieron durante 3.322 días, entre el 3 de noviembre de 1640 y el 20 de abril de 1653, según detalla un informe de la Biblioteca de la Cámara de los Comunes. Por algo lo bautizaron como «el Parlamento largo».

Ahora no estamos ante un regicidio, sino ante el suicido a cámara lenta del Reino Unido. Pero Westminster sigue pulverizando récords. Si lo medimos en cómputos horarios, desde que hay registros esta ya es la sesión más larga de la historia: el 13 de marzo se batió la marca de 1966-67, cuando sus señorías permanecieron sentadas en sus escaños 2.422 horas y 38 minutos. El último dato oficial, del 10 de mayo, indica que los diputados llevan ya 2.657 horas y 56 minutos dándole vueltas al manubrio de la retirada de la UE, mientras John Bercow nos entretiene con sus rechamantes corbatas y sus histriónicas reprimendas.

Lo que los británicos denominan sesión es lo que nuestra Constitución llama período ordinario de sesiones. En plata: el curso escolar de los diputados. En la carrera de San Jerónimo la temporada se divide en dos tandas: de septiembre a diciembre y de febrero a junio. En el Reino Unido, desde la nueva ley aprobada en el 2010, la sesión parlamentaria comienza en mayo y, en condiciones normales, concluye en octubre o noviembre. Pero puede prolongarse indefinidamente. Y ahora ni siquiera hace falta decapitar a un rey para eternizar el debate. Basta con que el país se pegue un tiro en el pie.