La crisis política venezolana se traslada a las embajadas

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Pintadas amenazantes aparecieron en las casas de los opositores y sedes de los partidos
Pintadas amenazantes aparecieron en las casas de los opositores y sedes de los partidos Reuters

Son ya cuatro los diputados refugiados en delegaciones diplomáticas, y la cifra podría aumentar

11 may 2019 . Actualizado a las 09:35 h.

Américo de Grazia se convirtió ayer en el tercer diputado venezolano en buscar refugio esta semana en una embajada. Está hospedado en la legación de Italia en Caracas, a la que llegó un día antes Mariela Magallanes. Richard Blanco entró el miércoles a la de Argentina, Freddy Guevara está desde el 2017 en la de Chile, y Leopoldo López, aunque no es diputado, se encuentra en calidad de huésped en la misión diplomática española.

La cifra puede aumentar. Otros siete diputados podrían tomar la misma decisión en las próximas horas, tras ser acusados por el Tribunal Supremo, leal al régimen de Nicolás Maduro, de traición a la patria, rebelión militar y otros delitos tras el alzamiento militar del 30 de abril, aunque al menos uno de ellos, Henry Ramos Allup, ha rechazado ya buscar refugio en una embajada.

Zambrano, en Fuerte Tiuna

El vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, detenido el miércoles por agentes del Sebin (la policía política chavista), quedó este viernes recluido en el Fuerte Tiuna, la principal base militar de Caracas. A este presidio fueron trasladados varios militares ya presos desde hace años en otras dependencias, y a quienes el régimen relaciona con la asonada del 30 de abril y otras eventualmente ocurridas o por ocurrir. Entre los trasladados está un exministro del Interior del propio Maduro, el general Miguel Rodríguez Torres.

La «crisis de las embajadas» puede agravarse en las próximas horas, pues al menos 20 diputados y dirigentes de la oposición han sido amenazados por los colectivos paramilitares chavistas, directamente o con pintadas en los muros de sus casas. Mensajes como «malditos traidores, vamos a por ustedes» se han reproducido también en sedes de partidos y hasta en iglesias. Guaidó calificó estas amenazas como «acciones desesperadas de una dictadura que se enfrenta a su final».

En Estados Unidos, cuando el equipo de Maduro abandonó la Embajada de Venezuela en Washington, tras el reconocimiento de ese país a Guaidó como presidente interino, fue tomada por un grupo de activistas de CodePink que desde entonces impiden que el embajador designado por el líder opositor, Carlos Vecchio, ocupe el inmueble. La policía ha cortado la electricidad y el agua a los okupas, que ahora «saben cómo se siente vivir en Venezuela», afirmaron Vecchio y el senador republicano Marco Rubio. «Tal como vamos, el país entero tendrá que mudarse a una embajada», señaló el escritor Leonardo Padrón, quien desde hace meses reside en Miami tras ser amenazado.

En redes sociales, los opositores están divididos entre los que creen que los diputados deben asilarse y los que piensan que deben resistir, aunque suponga su detención; pero todos piensan que el chavismo está rodeando a Juan Guaidó, quitándole apoyos, para facilitar su detención. «Cuando vayan a detener a Guaidó estará solo y nos parecerá normal», señala el analista político Gonzalo Martín.