Borrell afirma que España limitará las actividades políticas de Leopoldo López

Pedro García otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

STRINGER | Reuters

Desde su refugio, el lider de la oposición antichavista no descarta una intervención militar en Venezuela y dice que no tiene miedo a la cárcel

03 may 2019 . Actualizado a las 20:56 h.

El ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, manifestó este viernes que el Gobierno «limitará» las actividades políticas del líder opositor venezolano Leopoldo López, que se encuentra en la residencia del embajador de España en Venezuela. «España no va a permitir que su embajada se convierta en un centro de activismo político», dijo Borrell a periodistas en el Líbano, donde está en visita oficial.

Borrell recordó que López tuvo este jueves encuentros con la prensa en la embajada y recalcó que «a partir de ahora esto será regulado». El ministro puntualizó que, en función al derecho internacional, la figura de «huésped o acogido» en la embajada «naturalmente» implica una limitación en su actividad política. 

«Tenemos la confianza de que, en estas condiciones, Venezuela va a respetar naturalmente la inmunidad del territorio de la embajada de España», agregó.

Borrell reiteró que España «no entregará» a López a las autoridades venezolanas, a pesar de que el Tribunal Supremo venezolano dictó este jueves una orden de arresto. Asimismo, recordó que López está en la legación diplomática en calidad de «huésped» y no puede solicitar asilo político porque la legislación española solo permite hacerlo desde territorio español.

El ministro también reveló que ha hablado de la situación de López con el Gobierno de Nicolás Maduro, con el que mantiene una «relación cortés», a pesar de que España ha reconocido como presidente interino al opositor Juan Guaidó.

Orden de busca y captura

Dos días después de su liberación por Juan Guaidó y un grupo de militares rebeldes, la Justicia chavista dictó ayer una orden de busca y captura de Leopoldo López, que se encuentra junto a su familia en calidad de «huésped» en la Embajada de España en Caracas. Un tribunal de primera instancia de la capital revocó la medida de detención domiciliaria al dirigente opositor «por violarla flagrantemente» al dejar su vivienda y haber roto la prohibición de hacer pronunciamientos políticos.

La orden de captura ha sido dirigida al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) «en contra del ciudadano Leopoldo López» para que «continúe cumpliendo su pena de 13 años de prisión». La nota recuerda que el político opositor ha cumplido ya cinco años, dos meses y doce días de la pena.

La jornada del jueves comenzó con una accidentada retransmisión por radio y televisión de Nicolás Maduro rodeado por unos 4.500 uniformados en Fuerte Tiuna, la principal base militar. En su alocución asegura que el intento de alzamiento liderado por Guaidó ha sido «derrotado» y volvió a exigir «lealtad» a los militares.

Flanqueado por Vladimir Padrino, ministro de la Defensa, y Remigio Ceballos, jefe del Comando Operacional, Maduro dijo que «ante el mundo, esta Fuerza Armada tiene que dar la lección histórica (...) derrotando intentonas golpistas de traidores que se venden a los dólares de Washington», en referencia a los militares que se han pasado al bando de Guaidó, incluyendo dos miembros del alto mando.

Padrino, mencionado por Elliott Abrams, enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, como uno de sus interlocutores en una negociación para la salida de Maduro del poder en la intentona del 30 de abril, también intervino durante la retransmisión, no hecha en directo, con varias interrupciones y ediciones extrañas y en la que las palabras «lealtad» y «traición» se repitieron machaconamente. «Han intentado comprarnos como si fuéramos mercenarios, con una oferta engañosa», aseguró.

Tanto Vladimir Padrino como Orlando Hernández Dala -otro de los participantes, según Abrams, en la fracasada negociación- han aparecido respaldando a Maduro. El tercero, Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), todavía no lo ha hecho.

Un giro en la ofensiva

Versiones de medios internacionales y venezolanos indican que el alzamiento previsto para el 2 de mayo se adelantó al 30 de abril ante la certeza de que Guaidó iba a ser detenido. Este supuesto adelanto habría «espantado» a Padrino, que sería un actor principal en una transición política por su control del Ministerio de la Defensa. Otras versiones señalan, sin embargo, que John Bolton, asesor de Seguridad Nacional, habría asegurado a la oposición venezolana que tales negociaciones estaban listas, sin estarlo, en una aparente pugna con el Pentágono (que aspira a evitar una intervención militar), con el propósito de, al fracasar, detonar la intervención.

En todo caso, ahora la coalición opositora enfrenta un desgaste en su estrategia y se está replanteando nuevas acciones, con protestas y paros escalonados, que comenzarán en los próximos días con el objetivo de seguir debilitando a Maduro.

López cree que el apoyo a Maduro no es incondicional

La intervención militar en Venezuela es una opción que sigue presente entre la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, porque es una alternativa legal que contempla la Constitución, explicó en una entrevista  con EFE el líder del partido Voluntad Popular Leopoldo López.

«Nosotros no descartamos ningún escenario que esté dentro de la Constitución y la Constitución prevé que esa es una posibilidad. Espero que no tengamos que llegar a ese punto, pero no lo descartamos, porque es constitucional, porque la libertad es la condición para todo lo demás», señaló López.

Para el líder opositor, quien permaneció bajo arresto domiciliario hasta que fue liberado por un grupo de militares y funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) el pasado martes, no se van a solucionar los problemas del país hasta que se «conquiste la libertad».

«Y seremos los venezolanos que lograremos el cese a la usurpación. Hay que agradecer y reconocer al apoyo que hemos recibido de la comunidad internacional. El presidente Juan Guaidó ha sido reconocido por 58 países. No ha habido una coalición internacional a favor de una causa de liberación con tanto apoyo internacional desde la segunda guerra mundial», señaló.

López aseguró que «no hay nada que impida utilizar las herramientas legales constitucionales para intentar lograr la libertad, porque la libertad en Venezuela se mide con muertes», porque «cada día que pasa es un día en el que mueren niños por desnutrición, personas en hospitales, por la inseguridad».

Acerca del apoyo con el que cuenta la oposición entre los militares, subrayó que gran parte de los uniformados de la Fuerza Armada están al lado de la causa opositora.

Consideró que la barrera más importante a derribar en estos momento era «el miedo», que cree, comenzó a caer el pasado martes cuando lideró un levantamiento militar junto a Juan Guaidó, reconocido por medio centenar de países como presidente interino.

«Ahora, ¿qué tenemos que derribar? El miedo. ¿Qué comenzó el 30 de abril? Comenzamos a derrumbar de una manera contundente el temor de los hombres y mujeres de la Fuerza Armada para que tomen las decisiones de actuar», agregó López.

El opositor, quien aseguró que «se dieron varias conversaciones» con miembros destacados del chavismo, cuyos nombres no facilitó, manifestó que Maduro está rodeado por personas en su «entorno más íntimo» que quieren que «salga del poder».

Pese a no descartar una intervención militar internacional, insistió que «tiene que ser un proceso pacífico que no recurra a la violencia pero tiene que contar con la fuerza del pueblo y de los militares». Preguntado por el levantamiento del pasado martes, explicó que lo concibe como «un día en que había que mandar un mensaje contundente, claro, de adhesión de funcionarios activos con capacidad de ejecutar acciones».

Llamamiento a la movilización

El autoproclamado «presidente encargado» de Venezuela, Juan Guaidó, ha llamado a la movilización nacional este fin de semana para acabar con la «usurpación» del Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

«Convoco a todos los sectores del país a realizar pronunciamientos exigiendo el cese de la usurpación, la actuación constitucional de la Fuerza Armada, su participación en la #OperaciónLibertad, organizar y realizar un día de paro o protesta sectorial durante la próxima semana», ha indicado a través de su cuenta en la red social Twitter.

Guaidó ha convocado a las principales unidades militares a movilizarse este sábado «para que se sumen a la Constitución» y el domingo una vigila por los muertos en el marco de las protestas en el país.

El general Manuel C. Figuera, de lacayo de Chávez a «traidor»

El general Manuel Cristopher Figuera hace tiempo que venía siendo señalado por el chavismo como uno de los militares del alto mando que podía traicionar a Nicolás Maduro. La traición finalmente ocurrió el 30 de abril. El que fuera lacayo de Hugo Chávez durante 12 años, señaló en una carta que «hay que buscar otra forma de hacer política» [sin siquiera mencionar a Juan Guaidó] y que «para nadie es un secreto el estado de deterioro (...) y corrupción que se vive en todos los órdenes del país».

Figuera saltó a la palestra cuando sustituyó, a fines de octubre, a Gustavo González López en el Sebin, la policía política del régimen de Maduro, a la que se le atribuyen violaciones sistemáticas de derechos humanos. En ese momento, se dijo que Maduro castigaba a González López por el asesinato en cautiverio del concejal caraqueño opositor Fernando Albán, el 4 de ese mismo mes, y un confuso incidente en el que la caravana presidencial (sin Maduro en ella) fue detenida por funcionarios del Sebin.

Desde que anunció su defección del régimen de Maduro (se dice que es uno de los dos miembros del alto mando militar a los que el mandatario acusó el martes de «tomar el camino de la traición»), Cristopher Figuera se halla en paradero desconocido. Siempre fue un funcionario, sin embargo, de bajo perfil, de los que no solían aparecer en las manifestaciones públicas del chavismo. En Twitter se declara «soldado patriota, revolucionario y chavista»; como la mayoría de sus excolegas. Saltó a la palestra pública, justamente, como director del Sebin, al que regresa ahora González López: un funcionario tan cuestionado por su historial de derechos humanos que luego de ser sustituido en el cargo hace unos meses se pensó que había sido asesinado.