Abe notifica a Japón la abdicación del emperador Akihito

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

La proclamación de su sucesor y primogénito, Naruhito, se llevará a cabo el miércoles

30 abr 2019 . Actualizado a las 17:55 h.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció este martes formalmente la abdicación del emperador Akihito y destacó la época de paz que ha vivido el país durante las tres décadas que ha estado al frente del Trono del Crisantemo. Abe habló en nombre del pueblo japonés en el acto de abdicación de Akihito, que cede el trono a su primogénito, Naruhito, quien lo asumirá en otra ceremonia que se llevará a cabo este miércoles.

«El emperador, según la ley especial imperial, abdica con fecha de hoy», afirmó Abe en el acto, que se desarrolló en el Salón Pino del Palacio Imperial de Tokio. En su mensaje, el primer ministro destacó que Akihito «siempre ha deseado la paz de la nación y la felicidad del pueblo japonés».

Akihito, agregó, «ha hecho sus tareas con todo el corazón y también ha cumplido con responsabilidad su papel como símbolo de la unidad de Japón y del pueblo japonés».

El jefe del Gobierno nipón recordó el papel que han tenido el emperador Akihito y la emperatriz Michiko para consolar a los japoneses por los desastres naturales que ha sufrido el país en los últimos treinta años.

La ceremonia se llevó a cabo con la presencia de unas 300 personas, incluyendo representantes de la familia real y de los tres poderes del Estado. Los hombres de frac, incluyendo el emperador Akihito, y las mujeres con trajes elegantes o con kimono.

Las normas legales en Japón, que no conceden ningún papel político al emperador, implican que fue el primer ministro nipón el encargado de informar de la abdicación del emperador Akihito. Formalmente, Akihito seguirá siendo emperador hasta esta medianoche. La proclamación de su sucesor y primogénito, Naruhito, se llevará a cabo este miércoles a partir de las 10.30 hora local (01.30 GMT).

Akihito, de 85 años, anunció en agosto del 2016 que su edad y problemas de salud le impedían cumplir cabalmente sus funciones como emperador. Ese anuncio por televisión dio paso a una serie de decisiones políticas para su abdicación, una posibilidad que no estaba contemplada en el esquema legal entonces vigente, hasta que fue aprobada una ley específica en ese sentido.