Los venezolanos se lanzan a tomar la frontera

H. Neira CÚCUTA / EFE

INTERNACIONAL

Un grupo de venezolanos, en la frontera entre Colombia y Venezuela
Un grupo de venezolanos, en la frontera entre Colombia y Venezuela STRINGER | Reuters

Desesperados por la crisis que afecta a su país, cientos de personas rompieron el martes el bloqueo impuesto por la Guardia Nacional Bolivariana

04 abr 2019 . Actualizado a las 07:48 h.

El recurrente desabastecimiento de medicinas, agua, energía, y, sobre todo, de comida, hizo que centenares de venezolanos cruzaran por la fuerza el puente Simón Bolívar, que comunica al estado del Táchira con la colombiana Cúcuta. Desesperados por la crisis que afecta a su país, cientos de personas rompieron el martes el bloqueo impuesto por la Guardia Nacional Bolivariana en el principal cruce fronterizo entre ambos países para conseguir lo que no encuentran en Venezuela.

 En medio del puente, dos contenedores obstaculizan el paso por orden de Nicolás Maduro desde el día 23 de febrero tras romper relaciones con Colombia. Desde entonces, miles de personas se han visto obligadas a cruzar la frontera por las trochas. Estos pasos ilegales son el único camino que tienen para acceder a las provisiones y servicios con los que no cuentan en su país.

Sin embargo, el martes, las trochas por las que se cruza el río Táchira, frontera natural entre los dos países, se vieron obstaculizadas por la crecida causada por los torrenciales aguaceros de los últimos días. Eso obligó a miles de personas a concentrarse a uno y otro lado del puente Simón Bolívar. La urgencia se apoderó de una muchedumbre que corrió hacia el lado colombiano, pasando por encima de los contenedores que bloqueaban el puente.

Alexandra Molina se encontraba entre la marea de gente junto a su esposo y sus dos hijos pequeños. «Esto es inhumano, es una humillación, ningún ser humano se merece lo que nos está pasando», dijo Alexandra, que al final logró cruzar para visitar a su suegro, que sufre de diabetes y se encuentra en un hospital en Cúcuta. «Si no lo hubiésemos sacado de Venezuela mi suegro se muere», agregó. Blanca Arango va a Cúcuta a vender chatarra y así poder comprar alimento para ella y su familia. Con ira en su voz demuestra su agotamiento ante la crisis: «Allá estamos pasando hambre, la gente se está muriendo, no hay medicinas, no hay nada». Tras el caos, la GNB permitió las entradas y salidas sin restricción alguna.