La primera ministra la ha usado de forma reiterada en los últimos meses, tanto en Reino Unido como en viajes al extranjero.
05 abr 2019 . Actualizado a las 10:04 h.La crisis del brexit, que se votó en referendo en el año 2016 y continúa encallado en el Parlamento británico, ha puesto literalmente el foco sobre la primera ministra británica, Theresa May, de manera constante en los últimos meses. Las imágenes de la premier británica saliendo de Downing Street, llegando al Parlamento británico, viajando a Bruselas o, incluso, acudiendo a misa los domingos con su marido se han repetido una y otra vez y han puesto en evidencia que May tiene una prenda fetiche con la que parece sentirse especialmente cómoda: el abrigo azul.
Tantas veces se le ha visto últimamente con esta prenda que algunos medios británicos ya han desvelado las claves del abrigo, como si se tratase del último conjunto de Meghan Markle o Kate Middelton. En el caso de la primera ministra, la fotografiada una y otra vez es una pieza de lana de la marca italiana Herno que May adquirió en su boutique favorita en Henley (Oxfordshire), por 825 libras (unos 960 euros), según el tabloide Daily Mail, que apunta que el abrigo todavía está disponible en la tienda, prueba de que el estilo de la primera ministra está muy lejos de la popularidad del de las duquesas.
Sea por su funcionalidad o porque le sirve de armadura ante los envites que no ha dejado de recibir en los últimos tiempos, lo cierto es que el rotativo británico hizo en el mes de marzo un recuento de las veces que May ha usado el abrigo, que simula tener dos piezas superpuestas, y concluyó que fueron más de la mitad los días en los que la premier optó por ese chaquetón, del que tiene también una versión en negro que usó el pasado mes de octubre.
«Para mí, el abrigo dice mucho sobre lo que ella siente actualmente, la silueta y el estilo son sencillos y funcionales y la cremallera en medio es totalmente práctica», señaló el estlista Lucas Armitage citado por el periódico. Entre otras muchas ocasiones, May ha utilizado el abrigo para acudir más de una vez con su marido a los oficios religiosos dominicales, durante la cumbre de Bruselas del mes de marzo o para grabar el mensaje de condena al atentado supremacista de Nueva Zelanda también en marzo.