Maduro cesa al ministro de Energía tras casi un mes de apagones

Pedro GarcíA oTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Miguel Gutiérrez | EFE

La remodelación del Gobierno se reduce a un solo cargo

03 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace dos semanas y media, el cuestionado presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunciaba a través de su vicepresidenta Delcy Rodríguez un «sacudón» en su Gobierno al pedir la renuncia de sus más de 30 ministros. Ese seísmo se quedó en un solo cambio: el del ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, uno de los funcionarios más cuestionados del régimen, y su sustitución por Igor Gavidia, una cara conocida ya que fue titular del ministerio durante una semana en el 2015 y actualmente era viceministro responsable de la crisis eléctrica que ha causado un horroroso mes de marzo a los venezolanos.

Gavidia, a diferencia de Motta Domínguez (general de la Guardia Nacional), es ingeniero eléctrico, con cursos en Estados Unidos, y con una carrera de más de treinta años en las empresas estatales de electricidad venezolanas. Sin embargo, ingenieros críticos con el madurismo (el 95 % de estos profesionales se han marchado del país) lo definen también como «extremadamente dogmático». El ingeniero José Aguilar, que ahora reside en Estados Unidos y ha elaborado un plan de cinco años para la recuperación del sector para el presidente interino, Juan Guaidó, señaló que Gavidia es «otro bate quebrado» (término beisbolero que significa incompetente). Gavidia, indicó Paulo de Oliveira, otro ingeniero en el exilio, es responsable de la mayoría de los errores cometidos en el sector eléctrico durante la última década.

La destitución de Motta Domínguez se produjo el mismo día en el que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) pidió a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC, a la que la oposición y la comunidad internacional no reconocen) que levante la inmunidad parlamentaria a Guaidó, en un procedimiento a todas luces irregular, pero que ya se aplicó contra Julio Borges, en el exilio en Colombia, y contra Juan Requesens, detenido por la policía política. «Se pasan la pelotica, del TSJ a la ANC (...) esto es una dictadura, ya lo sabemos, que quieren vernos presos, pero nosotros seguimos en lo nuestro, en la operación libertad (...) no tengo preocupación por eso», dijo Guaidó.

Según la diputada socialdemócrata Delsa Solórzano, con la solicitud del levantamiento de la inmunidad de Guaidó, el régimen de Maduro intenta detener la avalancha de protestas por el mal estado del sistema eléctrico, especialmente en el interior. Caracas ha vuelto a disfrutar de dos días de servicio después de estar sin él prácticamente todo el fin de semana. Maduro ha anunciado un racionamiento de la luz (bajo el eufemismo de «plan de administración de carga»), pero aún no se sabe nada de las condiciones para el mismo.

Colombia en alerta

En Colombia, su ministro de Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, denunció que «cualquier despliegue o incursión militar en apoyo al régimen de Nicolás Maduro pone en riesgo la transición democrática y la normalización constitucional en Venezuela, y constituye una amenaza a la paz, la seguridad y la estabilidad en la región». Respondía así a una comunicación enviada por el embajador ruso en Bogotá, Serguéi Koshkin, al Congreso de ese país, en la que indica que «cualquier incursión militar en Venezuela será considerada una amenaza a la seguridad regional y a la paz internacional».

Holmes fue también de los primeros en repudiar el intento de acabar con la inmunidad parlamentaria de Guaidó, indicando que desconoce tanto al Tribunal Supremo designado por el chavismo en el 2015, como a la Asamblea Nacional Constituyente.