Paramilitares dispersan a tiros una protesta frente al palacio de Miraflores

La Voz REDACCION

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- Un grupo de personas protesta por la falta de agua potable y electricidad, en la Avenida Baralt, en el centro de Caracas
- Un grupo de personas protesta por la falta de agua potable y electricidad, en la Avenida Baralt, en el centro de Caracas Miguel Gutiérrez | Efe

Una mujer y un hombre fueron hospitalizados con heridas de bala

01 abr 2019 . Actualizado a las 12:49 h.

Paramilitares chavistas, los llamados colectivos, dispersaron a tiros a un grupo de personas que protestaban por una semana de apagones en Venezuela y la falta de servicio de agua potable en las inmedicaciones del palacio presidencial de Miraflores. Una fuente confirmó al diario El Nacional que un hombre y una mujer resultaron heridas de bala en la noche del domingo en la avenida Fuerzas Armadas y fueron trasladados al Hospital Vargas.

La falta de agua causada por una semana de apagones en Venezuela terminó el domingo empujando a los venezolanos a las calles para protestar contra el Gobierno de Nicolás Maduro, que al final del día anunció el inicio de un plan de racionamiento eléctrico por 30 días. El corresponsal de Efe fue testigo de varias detonaciones en la avenida Fuerzas Armadas, donde un centenar de manifestantes protestaron durante horas pidiendo el regreso de la energía y, con ello, del suministro de agua potable y de los servicios de telefonía e Internet. A la imágenes y videos difundidos vía Twitter se puede observar cómo el grupo paramilitar dispara con armas largas a los ciudadanos.

En el oeste de la capital venezolana, un territorio considerado bastión del chavismo gobernante, se produjeron desdepor  la mañana numerosas concentraciones de ciudadanos que pedían la restitución del fluido eléctrico después de que anoche se registrara otro de los apagones nacionales que comenzaron el pasado lunes.

Las cercanías del palacio presidencial de Miraflores, custodiadas por decenas de agentes y tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), fueron tomadas casi en su totalidad por una veintena de protestas en las que los vecinos cortaron las calles, armaron barricadas y corearon consignas antigubernamentales.

En estas manifestaciones los ciudadanos mostraron recipientes vacíos para denunciar que el agua no corre por las tuberías de sus hogares desde hace tres, cinco u ocho días. Si bien claman por soluciones, muchos de ellos no están dispuestos a aceptar paliativos como la distribución de agua con camiones cisternas que el Gobierno ha desplegado dentro de su plan de contingencia mientras reactiva el bombeo del líquido hacia todas las comunidades.

Ese fue el caso del centenar de manifestantes que cortó las vías de entrada a la emblemática barriada del 23 de Enero, ubicada detrás de la sede del Ejecutivo y donde reposan los restos del fallecido presidente Hugo Chávez. Al grito de «no quiero cisterna, quiero agua de chorro», la muchedumbre ahuyentó a los dos vehículos que llegaron a la zona para distribuir agua, y uno de ellos fue tomado por otro grupo de manifestantes que, unos metros más hacia el este, se abalanzó para llenar sus bidones.

El conductor de ese vehículo, que pidió conservar el anonimato, dijo a Efe que su destino inicial era el hospital Pérez Carreño pero que recibió una orden telefónica indicándole que se desviara hacia esa zona para intentar apaciguar las protestas.

El ministro de Salud, Carlos Alvarado, indicó al canal estatal de televisión VTV que ha habido «algunas dificultades» con el suministro de agua en algunos hospitales que están siendo atendidas por el Ejecutivo dentro de un plan de contingencia.

Aseguró que áreas críticas de los centros sanitarios como las salas de emergencia, unidades de diálisis y quirófanos se han mantenido operativos.

Además, la ministra de Atención de Aguas, Evelyn Vasquez, informó de que el Gobierno ya ha empezado a energizar los sistemas de producción de agua potable del país para lograr un bombeo progresivo hacia las comunidades.

Mientras esperan esas soluciones, los caraqueños llenaron este domingo la ciudad de reclamaciones y se reconocieron en parte alentados por el llamamiento a protestar que hiciera el líder opositor Juan Guaidó.

El también jefe del Parlamento, pidió a los venezolanos mostrar su rechazo a los apagones causadas, según él, por el «régimen usurpador» de Nicolás Maduro. «Es el momento de protestar organizados, para así proteger a nuestros vecinos y proteger a nuestro país (...) ¡Que nadie se quede en su casa! La dictadura nos quiere apaciguados. No pudieron con la electricidad, ni con el agua y ni con la economía», indicó Guaidó en la red social Twitter.

El político llamó además a las Fuerzas Armadas a proteger a los manifestantes de los llamados «colectivos», como se conoce a los grupos de civiles a veces armados que son leales al chavismo y que, según medios locales, actuaron hoy para amedrentar a opositores en las protestas.

La versión oficial del vaivén de la energía acusa a la oposición venezolana y a la Administración de Estados Unidos de «atacar» el sistema eléctrico desde el día 7 con métodos electromagnéticos, mecánicos, fusil de larga distancia e incendios.

En su primera aparición en las pantallas de televisión tras siete días de apagones, Maduro anunció este domingo el inicio de un plan de racionamiento eléctrico que durará 30 días, tiempo en el que espera restaurar todo lo dañado por los supuestos sabotajes que atribuye a sus opositores.

Indicó que han logrado reponer la energía «en algunos lugares más tiempo que en otros» con casi la totalidad de Caracas reconectada, al igual que buena parte de los estados del sur y el este del país, mientras que en el oeste algunas comunidades acumulan 72 horas seguidas sin luz.

El Gobierno implementará desde hoy una jornada laboral reducida hasta las 2 de la tarde y ha suspendido por undécima ocasión en un mes las actividades escolares, mientras atiende los «daños de consideración» que sufre el sistema eléctrico como consecuencia de los «ataques terroristas», que, asegura, ha sufrido.