El tercer no del Parlamento al pacto de May acerca a Londres hacia una prórroga larga

Rita Álvarez Tudela LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Theresa May, en un momento del debate previo a la tercera votación del acuerdo del «brexit»
Theresa May, en un momento del debate previo a la tercera votación del acuerdo del «brexit» REUTERS TV

La primera ministra perdió la votación por 58 votos, 34 de ellos de diputados conservadores

29 mar 2019 . Actualizado a las 21:18 h.

A la tercera no fue la vencida para Theresa May. A la primera ministra le sirvió de poco que los diputados euroescépticos Jacob Rees-Mogg y Boris Johnson se decidiesen a votar a favor de su acuerdo del brexit y sufrió una nueva derrota por 58 votos: 286 a favor y 344 en contra.

May advirtió que la de este viernes era «la última oportunidad para garantizar» el brexit, que permitía una salida ordenada el 22 mayo y no tener que participar en las elecciones europeas que se celebrarán cuatro días después. En total, 34 diputados conservadores votaron en contra de su propuesta, desde euroescépticos que no se dejaron convencer en el último momento a acérrimos proeuropeos.

Un gran número de tories de alto perfil favorables al brexit, como Dominic Raab y Iain Duncan Smith, sí respaldaron el acuerdo en esta ocasión, pero no fue suficiente para evitar otra derrota de May, que ofreció su cargo a cambio del apoyo al acuerdo.

Tras conocerse el resultado de la votación, la primera ministra se mostró decepcionada y dijo temer que se esté llegando «al límite de este proceso en esta Cámara». Pese al revés, Downing Street señaló que May continuará buscando apoyo a su acuerdo en la Cámara de los Comunes.

Ahora, todo apunta a que Londres pedirá una prórroga larga para evitar un divorcio caótico el 12 de abril. Por el momento, la líder conservadora está obligada a presentar a Bruselas un plan B si quiere que sea así. Eso deja un plazo de solo 13 días sobre la mesa y May recordó a los diputados que «no hay tiempo suficiente para acordar, legislar y ratificar un acuerdo».

La UE dejó claro que cualquier nueva extensión debería tener un propósito claro y deberá ser acordada por unanimidad por los jefes de los otros 27 Estados miembros. Para ello, el lunes los diputados británicos volverán a votar de forma vinculante sobre un segundo referendo y la permanencia en la unión aduanera.

Todos en el Reino Unido tendrán la mirada puesta en lo que decidan. Así lo admitió el director general de la Confederación de la Industria Británica, preocupado por la reputación del país y el futuro del empleo: «Solo los diputados pueden terminar esta pesadilla para las empresas».

Para Jeremy Corbyn está claro que los Comunes pidieron un cambio y que el acuerdo debe modificarse, por lo que hizo un llamamiento a buscar una alternativa. De no estar por la labor, el laborista insiste en que May debe irse y convocar elecciones.

La ‘premier’ tiene 13 días para presentar el plan B que la UE exige para otorgar el aplazamiento La opinión la comparte Steve Baker, vicepresidente del poderoso Grupo de Investigación Europeo, que agrupa a los conservadores probrexit, quien se apresuró a comentar que la de este viernes debía ser la derrota final para el acuerdo de May: «Está terminado. Y debemos seguir adelante. No se aprobó y no se aprobará».

Mientras, partidarios de la salida se reunieron a las puertas del Parlamento para protestar contra el retraso del brexit, que, según el calendario original, debería haberse hecho efectivo precisamente este viernes.