El príncipe heredero saudí creó un equipo secreto para espiar, torturar y secuestrar a disidentes

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Así lo asegura The New York Times, citando a funcionarios estadounidenses con acceso a informes de inteligencia clasificados.

19 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Un año antes del asesinato en Estambul del periodista Jamal Khashoggi, el poderoso príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, aprobó una campaña secreta para aplastar a la disidencia. Con ese fin creó un equipo que espió, secuestró, detuvo y torturó a ciudadanos saudíes.  

El equipo especial para llevar a cabo esa campaña, al que Salman denominó Grupo de Intervención Rápida, está implicado en al menos una docena de operaciones desde el 2017, según las fuentes citadas por el periódico. Algunas de las misiones clandestinas fueron llevadas a cabo por los mismos integrantes del grupo que presuntamente asesinó y descuartizó a Khashoggi en octubre del 2018 en el consulado de Arabia Saudí en Estambul. Lo que sugiere que su asesinato formó parte de una campaña más amplia contra los disidentes, destaca la información, que cita a los funcionarios y a allegados a las víctimas saudíes.

Otras operaciones fueron de repatriación forzosa de disidentes y torturas en palacios del príncipe y de su padre, el rey Salman. Una profesora de lingüística saudí que había escrito un blog sobre la mujer en su país se intentó suicidar en el 2018 tras las torturas psicológicas a las que fue sometida, según los informes del espionaje estadounidense. Fueron tantas las operaciones, que el diario asegura que uno de sus miembros reclamó al príncipe como responsable del equipo una retribución especial como bonus para celebrar la fiesta del Aid al Fitr, el final del Ramadán.

El asesinato de Khashoggi, que fue columnista de The Washington Post, generó una ola de protestas en el mundo, incluyendo una declaración del Senado de EE.UU. en la que pedía a Donald Trump que identificara y castigara a los responsables. Los legisladores, que recibieron informes de inteligencia, dijeron estar convencidos de que el príncipe era responsable del asesinato de Khashoggi.