May acepta la oferta de la UE para salvar al «brexit» de Westminster

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Theresa May, durante un oficio religioso en la abadía de Westminster
Theresa May, durante un oficio religioso en la abadía de Westminster Reuters

La «premier» acudió a Estrasburgo para sellar el acuerdo con los líderes comunitarios

12 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El teléfono en el despacho del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, no dejó de sonar a lo largo de todo el fin de semana. Igual que el de los líderes de Alemania, Francia, España, Suecia, Finlandia, Países Bajos, República Checa y Letonia. Al otro lado le reclamaba la voz temblorosa y aguda de la primer ministra británica, Theresa May, urgiendo al luxemburgués a reunirse con ella. A su país solo le quedan 17 días para decir adiós a la UE y siguen sin un plan de salida.

Ambos hablaron el domingo por la noche. May estaba dispuesta a aceptar la propuesta de Bruselas, pero parte de su Gobierno en Londres le obligó a dar marcha atrás. Se suspendió la cita prevista en la capital comunitaria. En su desesperación, la británica volvió a telefonear a Bruselas ayer al mediodía para trasladar al luxemburgués su intención de acudir de urgencia a su encuentro esa misma noche en el plenario de Estrasburgo. Hasta la ciudad francesa se desplazó la británica con el único objetivo de salvar el acuerdo del brexit, atascado desde hace más de ocho semanas. A sabiendas de que podría tratarse de su última oportunidad de evitar una nueva y definitiva derrota a manos de Westminster, May se afanó en imprimir dramatismo y épica a este último giro de los acontecimientos que se saldó con un final predecible: el Gobierno británico anunciando que habían conseguido las garantías legales que exigían en torno a la salvaguarda irlandesa, ese mecanismo que mantendría al Reino Unido dentro de la Unión Aduanera a falta de una alternativa que evite la frontera dura entre las dos Irlandas. Lo hizo la mano derecha de May, David Lidington, quien aseguró que los cambios «fortalecen y mejoran» todos los textos vigentes. Para la UE, nada nuevo bajo el sol. La misma oferta que pusieron sobre la mesa la semana pasada: un panel de arbitraje que podría conceder el derecho al Reino Unido de retirarse de forma unilateral de la Unión Aduanera si se demuestra que la UE negocia el acuerdo comercial de mala fe y sin voluntad de evitar la salvaguarda irlandesa, aclaraciones sobre la voluntad de la UE de hacer que el mecanismo -si fuese necesario activarlo-, sea de carácter temporal, y el compromiso de dar rango legal a todas las aclaraciones. Los parlamentarios británicos tienen previsto votar hoy el acuerdo.

Después de los rodeos políticos de la premier a lo largo de los últimos dos años, lo último que le apetecía ayer al equipo Juncker y al del negociador europeo, Michel Barnier, era otro cónclave infructuoso con la armada británica. Bruselas abrió la puerta a las conversaciones. Eso sí, la oferta de la UE se planteó innegociable. No hay vuelta de hoja. No hay concesiones posibles ni regateos de última hora: «Hemos hecho propuestas constructivas (…) Hemos conversado todo el fin de semana y, ahora, las discusiones y negociaciones son entre el gobierno en Londres y el Parlamento británico», aseguró Barnier a AFP. El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, apuntó en la misma dirección: «Ahora le toca a la Cámara de los Comunes tomar esta semana una serie de decisiones importantes», zanjó, trasladando la responsabilidad de cualquier accidente dramático a los diputados británicos. La canciller alemana, Angela Merkel, lanzó el mismo mensaje: Bruselas ya ha hecho todas las propuestas y aclaraciones posibles y ahora le toca a Londres dar una respuesta. O apoyan a May, cuyo futuro político podría estar ligado al fracaso de la votación, o apuestan por un salto sin paracaídas. Nadie garantiza que la UE vaya a conceder una prórroga del brexit sin una hoja de ruta. Los Veintisiete tendrán la última palabra.  

Las tres votaciones de esta semana

Martes

Acuerdo. Votan si se acepta o no el acuerdo renegociado. Si sale adelante, entonces el país abandonará el bloque comunitario el próximo 29 de marzo

Miércoles

Salida abrupta. Si May sufre una derrota el martes, los diputados llevarán a votación si optan por una salida abrupta de la UE

Jueves

Prórroga. De haberse rechazado las dos posibilidades anteriores, la Cámara votará por prorrogar el plazo para la salida