Buteflika regresa a Argel en medio de rumores sobre su auténtico estado de salud

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

11 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, regresó ayer a su país tras haber permanecido dos semanas ingresado en un hospital de Ginebra (Suiza) sin que llegase a trascender su estado de salud. Su vuelta a Argel se produce dentro de un contexto de multitudinarias protestas en las calles en rechazo a la decisión del presidente de 82 años de optar a la reelección para un quinto mandato consecutivo en las elecciones que tendrán lugar el próximo 18 de abril.

El avión presidencial, un Gulfstream clase 4SP medicalizado, despegó a las 15.40 horas del aeropuerto de Ginebra y aterrizó en un aeródromo militar de Bufarik, en el norte de la capital dos horas más tarde, punto desde el que habría sido trasladado al palacio de Zeralda, según recoge la prensa local. Ayer volvió a resultar imposible obtener una imagen del mandatario argelino, quien no aparece en público desde el 21 de febrero, cuando participó en un acto oficial.

Buteflika, que conquistó la presidencia del país a finales del siglo XX, sufrió un derrame cerebral en el 2013 que mermó sus facultades físicas hasta el punto de que no pudo participar en la campaña de su partido en las elecciones que se celebraron al año siguiente, algo que no le impidió imponerse en los comicios presidenciales. Desde entonces no habla en público, se mueve en una silla de ruedas empujada por su hermano.

Adelanto de las vacaciones

Las protestas contra el presidente argelino comenzaron varios meses en los estadios de fútbol para esparcirse por las calles de todo el país el pasado viernes 22 de febrero. Desde entonces, cada semana han ido aumentando en número y en intensidad hasta llegar a convertirse en un clamor popular de millones de personas que ha aprovechado para mostrar su repulsa contra la corrupción de un régimen dominado por el ejército y los servicios secretos desde el fin de la etapa colonial.

Los estudiantes han sido los encargados de mantener la presión en la calle durante todo este tiempo, lo que ha llevado al régimen a adelantar diez días las vacaciones, que comenzaron ayer en todos los rincones del país.