El Ejército argelino apoya al presidente Buteflika frente a la ola de protestas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Los antidisturbios cargaron contra la manifestación de universitarios en Argel
Los antidisturbios cargaron contra la manifestación de universitarios en Argel ZOHRA BENSEMRA | Reuters

El jefe del Estado Mayor carga contra los que quieren llevar a Argelia a lo «años del dolor» que trajo la guerra civiel de los 90

06 mar 2019 . Actualizado a las 08:19 h.

El Ejército argelino seguirá siendo «garante» de la estabilidad y la seguridad ante quienes quieren llevar a Argelia a «los años del dolor», en referencia a la guerra civil de la década de los 90. Así lo aseguró ayer el jefe de Estado Mayor y viceministro de Defensa, el general Ahmed Gaid Salah. El mensaje es su respuesta a la ola de manifestaciones que vive el país, las mayores desde la Primavera Árabe en el 2011, para protestar contra la decisión del presidente, Abdelaziz Buteflika, de optar a quinto mandato en las elecciones de abril pese a su delicado estado de salud.

Miles de estudiantes argelinos se manifestaron ayer en la capital, Argel, y en otras ciudades para mantener la protesta contra Buteflika, tras rechazar su propuesta de completar solo parte de su quinto mandato. Con pancartas que rezaban «Final de juego» y «Fuera el régimen y al grito recurrente de «este pueblo no quiere ni a Buteflika ni a Said», en referencia a su hermano, o «Poder asesino», los estudiantes intentaron marchar a la plaza de la Grand Post, epicentro de la capital, pero se toparon con un férreo dispositivo policial.

Avanzada la tarde, los antidisturbios volvieron a utilizar botes de gas pimienta para dispersar la manifestación que desbordaba y se arracimaba por las escarpadas callejas que comunican las principales arterias de la capital. 

Revivir el pasado

La ola de protestas supone el mayor desafío que ha afrontado el presidente Buteflika, de 82 años, y toda la élite que le rodea, incluidas las Fuerzas Armadas, los servicios de inteligencia y el partido gubernamental. «El hecho de que Argelia pudo unir los factores de su estabilidad, mediante la erradicación del terrorismo y el fracaso de sus objetivos (...) disgusta a algunas partes, molestas al ver una Argelia estable y segura» dijo el general Ahmed Gaid Salah durante su discurso en la Academia Militar de Cherchell que fue colgado en la web del Ministerio de Defensa . Sin especificar quiénes son esas «partes», el general afirmó que estas quieren llevar a Argelia nuevamente «a los años en ascuas», en referencia a la guerra civil que dejó 200.000 muertos entre 1992 y el 2002. El conflicto enfrentó al Gobierno argelino con los grupos armados islamistas, como el GIA, desencadenada por la anulación de la victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS) en las primeras elecciones democráticas en Argelia gracias a un autogolpe del presidente Chadli Benyedid.

Ante las protestas contra la reelección de Buteflika, el bando presidencial reaviva el espectro del regreso del país a eso años oscuros. Buteflika es reconocido como artífice del fin de la guerra con su ley de concordia civil, que amnistiaba a los islamistas armados que no cometieron crímenes de sangre ni violaciones y depusieran las armas, lo que provocó la rendición de miles.