Los populares europeos señalan la puerta al húngaro Víktor Orbán

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / LA VOZ

INTERNACIONAL

El primer ministro húngaro, Víktor Orban,  afronta una gran ofensiva política
El primer ministro húngaro, Víktor Orban, afronta una gran ofensiva política Attila Volgyi | EUROPA PRES

Tras las críticas, el líder magiar ofrece cancelar la campaña contra Juncker

03 mar 2019 . Actualizado a las 08:50 h.

Los días del Fidesz en el Partido Popular Europeo (PPE) están contados. La formación ultranacionalista húngara capitaneada por el líder magiar, Víktor Orbán, hace frente a una ofensiva política inédita orquestada desde dentro de las propias filas conservadoras que podría poner punto final a su permanencia en la familia europea. Con este horizonte, el Gobierno húngaro propuso ayer eliminar su «campaña informativa» contra el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, para aplacar las críticas procedentes del PPE.

Los populares luxemburgueses, holandeses, portugueses, finlandeses y los dos partidos suecos y belgas han hecho público su deseo de expulsar del partido a sus compañeros húngaros por la deriva antidemocrática por la que están conduciendo a su país. «Para nosotros, los demócratas cristianos, los derechos humanos no son negociables. Por lo tanto, no hay lugar para el Fidesz y Orbán en el PPE», sostuvo el conservador sueco David Lega. «Hemos llegado a un punto de no retorno. Deben ser excluidos del PPE», abundó el secretario general del Partido Moderado sueco, Gunnar Strömmer. «El Fidesz ha ido demasiado lejos», se sumaron sus vecinos finlandeses.

Referendo de expulsión

A pesar del amparo que altos cargos del partido le brindaron en el pasado a Orbán para evitar una fractura sin precedentes en la familia popular europea, las voces de quienes exigen un referendo de expulsión se multiplican. El artículo 9 de los estatutos brinda esa posibilidad a condición de que siete miembros de cinco países de la UE pongan una solicitud formal sobre la mesa.

El PPE le señala la puerta de salida a Orbán, pero lo hace a escasos tres meses de las elecciones europeas, en las que el Fidesz podría lograr 13 escaños muy valiosos para los conservadores, quienes el pasado año se mostraron reacios a castigar a la formación ultra, generando fricciones internas. Los nórdicos llegaron a votar a favor de la suspensión del voto de Hungría en el Consejo. Por el contrario, algunos populares españoles votaron en contra o se abstuvieron.

La situación se ha vuelto crítica. La soga al cuello se la puso el propio Orbán al provocar a la Comisión Europea con la campaña «Tú también tienes el derecho a saber qué está planeando Bruselas», enfocada a desprestigiar su gestión y a crear una realidad paralela sobre la UE. La maniobra obligó a la institución a salir al paso para aclarar las mentiras que se vierten sobre su labor: «Los húngaros merecen hechos, no ficción. La campaña del gobierno magiar distorsiona la verdad y busca dibujar un paisaje de complots secretos para conducir más migración a Europa. No hay ninguna conspiración», se vieron obligados a aclarar sus portavoces esta semana en un documento donde desmontan todos los mensajes de Orbán.

Hungría no solo tiene cuentas pendientes con la Comisión por incumplir las cuotas de reubicación de refugiados, también se enfrenta a la petición del Parlamento Europeo de suspenderle el voto en el Consejo tras constatar que su gobierno pone en riesgo el Estado de derecho. Desde junio del 2017, el Consejo de Europa tiene abierto un expediente al país magiar por no tomar medidas para prevenir la corrupción. El organismo denunció ayer la inacción del Ejecutivo de Orbán. El cumplimiento «es globalmente insatisfactorio», sostienen.