Trump consuma la purga de la Fiscalía General para intentar frenar el Rusiagate

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Visita del canciller austríaco. Trump se reunió ayer con Sebastian Kurz, que se encuentra en una visita oficial a EE.UU. para discutir conflictos globales y europeos
Visita del canciller austríaco. Trump se reunió ayer con Sebastian Kurz, que se encuentra en una visita oficial a EE.UU. para discutir conflictos globales y europeos CHRIS KLEPONIS / POOL | EFE

Destituye a Rosenstein tras conocer que había hablado con el exdirector del FBI sobre el posible cese del presidente

21 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Disfruta la vida», le dijo a modo de bienvenida Donald Trump a su nuevo fiscal general, William P. Barr, el pasado 10 de enero, apenas unos minutos después de firmar el decreto de emergencia nacional con el que pretendía conseguir el dinero para levantar su ansiado muro fronterizo con México. Barr, un veterano de la fontanería política republicana en Washington, asumió el reto de calmar a Trump tras la caída en desgracia de su antecesor en el cargo de fiscal general, Jeff Sessions. El presidente no le perdonaba haber elegido a Robert Mueller como responsable de la investigación de la injerencia rusa en las elecciones del 2016, el célebre Rusiagate.

Mueller cumple dos años de trabajo y ha imputado a numerosos colaboradores y amigos del magnate neoyorquino: desde su abogado personal, Michael Cohen, a estrechos colaboradores, como Paul Manafort. Incluso su propio hijo y su yerno, Donald Trump Jr. y Jared Kushner, están en el punto de mira de su informe final. Trump ha intentado torpedear todas las gestiones del fiscal especial y el cambio de Sessions por Barr va en esa línea de tratar de boicotear toda la investigación, aunque de momento el nuevo responsable de Justicia se mantiene al margen. «Tiene que elegir entre trabajar para el presidente o para el pueblo de Estados Unidos», le advierten algunos de sus compañeros.

Más exigencias

Pero a Trump no le basta la predisposición de Barr y sigue intentando condicionar a Mueller. El último paso lo dio ayer cuando nominó a Jeff Rosen como nuevo número dos del Departamento de Justicia en sustitución de Rod Rosenstein, quien supervisó durante más de un año la investigación sobre la trama rusa. Se espera que Rosenstein, que mantiene una muy mala relación con Trump, deje su cargo a mediados de marzo.

Desde mayo del 2017, Rosen, un abogado de dilatada carrera, con experiencia en el Gobierno de George W. Bush, ejercía como subsecretario de Transporte, cargo desde el que ha tratado de revertir los objetivos de rendimiento de combustibles del presidente demócrata Barack Obama. En el sector privado, trabajó en el bufete de abogados Kirkland & Ellis, en el que coincidió con el que será su jefe, el propio William Barr.

Trump acusó este lunes a Rosenstein, de planear «un acto muy ilegal» en su contra, después de que el exdirector interino del FBI Andrew McCabe asegurara que en el año 2017, en el punto álgido de la investigación sobre el Rusiagate, hubo supuestos proyectos para apartar al mandatario del poder. Rosenstein fue el encargado de supervisar la investigación liderada por Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones del 2016 desde el despido en mayo del 2017 del director del FBI James Comey y hasta el del exfiscal general Jeff Sessions en noviembre pasado.

Wilbur Ross, secretario de Comercio, violó las normas éticas del Gobierno

 

Un organismo de control de la administración de Estados Unidos amonestó al secretario de Comercio, Wilbur Ross, por no haber respetado las reglas éticas gubernamentales sobre inversiones privadas. La oficina federal encargada de las cuestiones de ética (OGE) indicó en una carta que Ross, de 81 años, había falseado sus declaraciones en dos ocasiones, en el 2017 y el 2018, al afirmar que había vendido sus acciones de la entidad crediticia de Florida BankUnited, donde trabajó como miembro de la junta directiva. Después de una primera advertencia en junio del año pasado, Ross volvió a declarar que las había vendido, aunque no lo hizo hasta octubre del 2018. El secretario de Comercio dijo que las acciones en cuestión fueron tasadas en 3.700 dólares.