La UE planta batalla contra todos los populistas a 96 días de las elecciones

Cristina Porteiro
CRISTINA PORTEIRO BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Vista general de la Eurocámara durante una sesión plenaria
Vista general de la Eurocámara durante una sesión plenaria PATRICK SEEGER | Efe

La Eurocámara teme un tsunami con el fortalecimiento de los ultras y los antisistema

18 abr 2019 . Actualizado a las 12:10 h.

«El escenario será tremendamente complicado». Es la predicción que hacen los altos cargos de las instituciones europeas de cara a los comicios europeos del próximo 26 de mayo. Todos coinciden. La Eurocámara, la Comisión Europea y el Consejo Europeo ya no temen solo la irrupción de nuevos partidos y movimientos políticos de marcado tinte antieuropeo. Lo más grave que prevén es que la ultraderecha pase su rodillo en el Parlamento Europeo sin muros de contingencia de por medio. La institución hará públicos hoy sus primeros sondeos oficiales, marcados por la posición de fuerza de formaciones extremistas como la española Vox.

El partido de Santiago Abascal no es una excepción. Su acometida contra la inmigración, los derechos sociales y las instituciones democráticas españolas viene acompañada del robustecimiento de otros partidos gemelos en Europa, algunos de ellos conocidos en el hemiciclo, donde han experimentado el aislamiento y la repulsa de sus compañeros. La Reagrupación Nacional francesa, liderada por la ultraderechista Marine Le Pen, o la italiana Liga Norte, abanderada por su xenófobo ministro del Interior, Matteo Salvini, siguen disputando la victoria en las encuestas.

Según el think tank europeo ECFR, las próximas elecciones en la UE serán vitales para saber si el proyecto europeo sigue adelante o corre el riesgo de desintegrarse frente a la presión de estas fuerzas que ansían el retorno a una Europa de las naciones.

«Será un momento decisivo (…) Con sus planes de formar un frente único populista, los partidos euroescépticos solo necesitan un tercio de los escaños para atascar la gobernanza de la Unión Europea», explican sus expertos. Y ese es el escenario de terror que tanto temen en los cuarteles de las instituciones comunitarias. A 96 días de que se celebren los comicios, la UE ha sido incapaz de cerrar expedientes tan vitales como la reforma del asilo o la culminación de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

«Será mucho más difícil hacerlo con un escenario tan balcanizado en el PE como el que prevemos», insisten fuentes de Bruselas. El voto del PE a menudo se percibe como un mero trámite para alumbrar iniciativas legislativas, pero lo cierto es que su configuración será fundamental para llevar a buen tiempo acuerdos como la futura relación con el Reino Unido tras el «brexit». No solo eso. Cabe la posibilidad de la Eurocámara tenga que seguir acogiendo o a los británicos entre sus paredes si los Veintisiete aceptan una eventual demanda del Gobierno de Londres para conseguir una prórroga del divorcio ante el caos político que se ha desatado en Westminster. «No conviene a nadie alargar la agonía», aseguran fuentes diplomáticas. Hay poco apetito para aplazar la salida del Reino Unido o ceder alguno de los 73 escaños que dejarán libres en el Parlamento Europeo.

Movimientos sociales

Otro de los cambios que inquietan en Bruselas, es la irrupción política de movimientos sociales como los chalecos amarillos franceses. Las fuerzas tradicionales también asisten con sorpresa a vuelcos políticos como el de Bélgica, donde los Verdes encabezan las encuestas en intención de voto.

La balcanización de la Eurocámara forzará el tejido de nuevas alianzas. «Es lo natural», aseguran sus dirigentes. Pero está por ver cómo se mezclan sus colores. Para empezar, partidos como Vox no serán incluidos en la familia política de ultraderecha en los sondeos, por ser «una fuerza nueva». Esto restará peso a la bancada ultra, pero no alejará su espectro del hemiciclo.