La oposición venezolana presiona en las calles para desbloquear la ayuda

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Decenas de miles de personas participan en una concentración contra el Gobierno de Maduro en el acomodado barrio de Chacao
Decenas de miles de personas participan en una concentración contra el Gobierno de Maduro en el acomodado barrio de Chacao YURI CORTEZ | afp

El presidente interino anuncia que el primer cargamento entrará el próximo día 23

13 feb 2019 . Actualizado a las 15:07 h.

Juan Guaidó señaló este martes en un multitudinario mitin en Caracas que la ayuda humanitaria entrará en Venezuela el 23 de febrero, un mes después de jurar como presidente interino de Venezuela, y que «el cese de la usurpación [de Nicolás Maduro] vendrá, lo quieran o no. El dictador va a tener que irse de Venezuela». Decenas de miles de venezolanos volvieron a llenar las calles de Caracas y de las principales ciudades del país para pedir a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que «escuche al pueblo» y que permita que entren en el país la ayuda que se almacena en la frontera. Alimentos y medicinas enviados por EE.UU. están desde hace cinco días almacenados en un centro colombiano cerca del puente de Tienditas, que fue bloqueado por los militares con dos enormes contenedores de carga y una cisterna.

«Luego de haber ordenado a la FANB que permita el ingreso: la ayuda humanitaria entrará el día 23 de febrero», dijo Guaidó al dirigirse a sus seguidores, al tiempo que ha anunciado un nuevo centro de acopio de insumos en Roraima, en la frontera con Brasil. «Este fin de semana, quienes se registraron como voluntarios [para distribuir la ayuda] estarán recibiendo información respecto a la organización», indicó. Desde el domingo, y a través de una plataforma web, más de 100.000 personas se han inscrito como voluntarios, de ellos, más de 10.000 son médicos, según la oposición.

El chavismo quiso medir fuerzas con la oposición y sus seguidores marcharon por las calles del centro de Caracas, en una convocatoria mucho menos numerosa. También lo hicieron en Ureña, en la frontera con Colombia, donde el chavismo ha desplazado tropas élite de la Policía y el Ejército para evitar la entrada de la ayuda internacional, a la que el régimen califica de «limosna». 

«Contaminada»

Freddy Bernal, «protector» del fronterizo del estado de Táchira (un cargo no oficial que le dio Maduro cuando perdió la elección a gobernador) la ayuda viene «contaminada y 14 colombianos ya se intoxicaron». En la misma línea, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, llegó a asegurar que es «cancerígena». A su vez, Diosdado Cabello, número dos del régimen, quien también se encuentra en Ureña, señaló que la ayuda «es una falacia» y una «injerencia extranjera».

Desde EE.UU., en tanto, Marco Rubio, senador republicano y líder de la ofensiva de Donald Trump contra Maduro, llamó a los seis militares más influyentes de Venezuela a permitir el ingreso de ayuda, y les prometió amnistía si se apartan del régimen.

Rubio fue explícito al decir que «Cabello no tiene nada que negociar, terminará en una cárcel, pero Maduro y estos militares, si dan un paso al lado, serán reconocidos por un nuevo Gobierno y por EE.UU.». Sobre Cabello pesan acusaciones no oficiales por narcotráfico.

En tanto, el líder del Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU., James Inhofe, admitió que una intervención militar en Venezuela es una opción que «está sobre la mesa» y advirtió de que la posible presencia de tropas rusas en el país sudamericano podría suponer un punto de inflexión.