Los socialdemócratas gobernarán en Suecia con un pacto que aísla a la ultraderecha

la voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

JESSICA GOW

Tras cuatro meses de bloqueo político, Löfven dirigirá un Ejecutivo rojiverde en minoría, apoyado por centristas y liberales

19 ene 2019 . Actualizado a las 09:22 h.

Después de cuatro meses de bloqueo político, Suecia ya tiene Gobierno. El socialdemócrata Stefan Löfven obtuvo este viernes luz verde del Parlamento sueco (Riksdagen) para dirigir un Gobierno rojiverde en minoría, gracias a un pacto para aislar a la ultraderecha, y salvar así a uno de los pocos Gobiernos de centroizquierda en Europa. «Suecia ha elegido otro camino y eso es histórico», resaltó Löfven tras recibir 115 votos a favor por 153 en contra y 77 abstenciones.

Nunca en su historia moderna el reino de Suecia había tenido que esperar 131 días tras unas elecciones para formar Gobierno. Atrás quedan dos intentonas fallidas en el Parlamento, una la del líder conservador, Ulf Kristersson, y otro la de Löfven, el pasado otoño que no logró los apoyos suficientes en el Riksdagen. Ambos rehusaron aliarse con la extrema derecha, pese a las presiones internas en la derecha.

El acuerdo logrado es inédito, ya que rompe con la política de bloques -izquierda y derecha- vigente desde el 2004. El nuevo Gobierno, que será presentado el lunes, estará formado por el Partido Socialdemócrata y los Verdes, tal como ocurriera en el período legislativo del 2014 al 2018. Estará apoyado por centristas y liberales, que hasta ahora formaban parte del bloque opositor de centroderecha Alianza, liderado por Kristersson. Estos cuatro partidos disponen de 167 escaños sobre el total de 349 del Legislativo, ocho menos que la mayoría absoluta de 175. Pero la Constitución del país escandinavo permite a un Ejecutivo mantenerse siempre y cuando una mayoría de diputados no vote una censura.

Abstención clave

El Partido de Izquierda (excomunista, 28 escaños), que apoyó durante cuatro años a la coalición saliente, está excluido de esta nueva alianza. Aunque amagó con votar en contra si Löfven no negociaba con ellos, al final se contentaron con promesas genéricas, conscientes de que la única forma de cerrar el paso a los ultraderechistas de Demócratas de Suecia (SD), tercera fuerza con 62 escaños, era abstenerse en la votación del viernes.

Stefan Löfven tuvo que hacer importantes concesiones políticas a las dos formaciones de centroderecha, que impusieron una flexibilización laboral, la baja de impuestos para los altos ingresos y la liberalización de alquileres para viviendas nuevas.

«En todas partes, la extrema derecha extiende su influencia, pero Suecia no dependerá del DS» declaró Löfven. Es el único país escandinavo que ha optado por el cordón sanitario contra la ultraderecha. El líder del partido neonazi y antiinmigración, Jimmie Åkesson, dudó de «la capacidad de Löfven de mantenerse en el poder» y consideró que los dos partidos opositores aún no han asumido la realidad, pero se van a ver obligados a hacerlo», en alusión velada a que esas tres fuerzas ya gobiernan juntas en algunos pequeños ayuntamientos.