Un coche bomba causa nueve muertos en Bogotá

Héctor Estepa BOGOTA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Vista general del lugar donde se produjo la explosión, en el sur de Bogotá
Vista general del lugar donde se produjo la explosión, en el sur de Bogotá Mauricio Dueñas Castañeda | EFE

El autor del atentado contra la policía procede de Arauca, una región dominada por la guerrilla ELN

17 ene 2019 . Actualizado a las 22:05 h.

Cristales rotos. Restos de metralla. Nueve vidas sesgadas. Colombia volvió a asomarse al terror que dominó el país durante los cincuenta años de conflicto armado con las FARC. Pasaban las nueve y media de la mañana del jueves cuando un vehículo apareció en las inmediaciones de la Escuela General de Policía Nacional Santander en el sur de Bogotá. Aceleró unos 200 metros dentro de las instalaciones, antes de estrellarse contra una pared y detonar un artefacto explosivo que provocó además medio centenar de heridos. La tragedia volvió a Colombia.

«Ni un paso atrás para quienes atacan a la sociedad», dijo el presidente Iván Duque, que canceló su agenda para liderar las investigaciones. «Juntos, el Gobierno y la sociedad, vamos a trabajar por Colombia y no vamos a ceder nunca ante los actos de terror. Colombia está firme y no se amedrenta ni se someterá jamás a criminales», añadió. Las imágenes de las inmediaciones del atentado devolvieron a los colombianos varias décadas atrás. Comercios con los cristales destrozados. Vecinos asustados. Un extraño silencio. Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado el atentado.

La Fiscalía identificó al autor del atentado como José Adelmar Rojas Rodríguez, cuya muerte no había sido confirmada. Su vehículo pasó una revisión técnica en junio en Arauca, fronteriza con Venezuela y un lugar con una presencia histórica del Ejército de Liberación Nacional (ELN), una guerrilla en activo que cuenta con al menos 2.000 efectivos en las selvas colombianas.

Según los analistas, solo el ELN y el grupo narcoparamilitar conocido como el Clan del Golfo tienen los medios para realizar una acción de la magnitud de la ocurrida en la academia policial. Ambos han puesto a la Policía en su punto de mira.

El atentado se produce cuando Colombia finaliza medio siglo de conflicto armado con la guerrilla de las FARC. Sus antiguos comandantes, ahora convertidos en congresistas, condenaron la acción, y denunciaron que se trata de una estrategia para dañar las negociaciones entre el Gobierno nacional y el ELN.

«El atentado en la Escuela General Santander es una provocación contra la salida política al conflicto», escribió el ex comandante Pastor Alape en Twitter. El último atentado mortal en Bogotá tuvo lugar en junio del 2017.