Los servicios secretos de Alemania ponen bajo vigilancia al partido ultraderechista AfD

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

TOBIAS SCHWARZ | AFP

Quedó tercera en las elecciones del 2017 tras capitalizar el rechazo de la población a la llegada de refugiados

16 ene 2019 . Actualizado a las 08:01 h.

Se estrecha el cerco sobre la formación de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), la bestia negra del tablero político alemán que quedó tercera en las elecciones del 2017 tras capitalizar el rechazo de la población a la llegada de refugiados. La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), los servicios secretos alemanes de interior, ha decidido colocarle al partido xenófobo y eurófobo el sello de «caso para examinar».

Eso significa que, a partir de las declaraciones públicas de los miembros de AfD, el organismo deberá decidir si existen tendencias extremistas dentro de la formación que atenten contra el orden constitucional y justifiquen por tanto una observación sistemática. Solo así podría iniciarse la vía para prohibir el partido, un proceso complejo que requeriría pasar por el Tribunal Constitucional.

Aunque en algunos estados federados las oficinas de la BfV ya analizaban con lupa a la formación ultra con el visto bueno de las autoridades regionales, por primera vez el estudio se llevará a cabo en todo el ámbito federal. «Existen indicios que demostrarían la violación de los principios democráticos fundamentales por parte de ciertos políticos de AfD», argumentaba ayer el presidente del organismo, Thomas Haldenwang, al presentar el expediente del caso.

Acciones nazis o racistas

Se refiere a las declaraciones de tintes nacionalsocialistas, islamófobos y racistas de algunos ultraderechistas del ala más radical. Como el líder del partido en el Land de Turingia, Bjorn Höcke, que consideró una «vergüenza» colocar un monumento al Holocausto, o el diputado en Sajonia Jens Maier, quien en Twitter llamó al hijo del famoso tenista Boris Becker «medio negrata».

Tanto los representantes de ese sector radical como las juventudes de la formación, conocidas como JA, han sido clasificados por los servicios secretos como «sospechosos». Ello implica un mayor nivel de vigilancia en el que la BfV puede usar además recursos propios, tales como agentes infiltrados.

«El Estado de derecho debe emplear las herramientas legales necesarias», afirmó el ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, entre los aplausos de políticos de todas las vertientes y supervivientes del Holocausto. Por su parte, el portavoz de AfD; Alexander Gauland, dijo que la decisión de la BfV no es «firme» y solo se debe a la «presión».