Casi el 60 % de los radares de Francia han sido destruidos por los chalecos amarillos, según el Gobierno francés

La Voz REDACCIÓN

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DAMIEN MEYER | AFP

Los aparatos de control viario son el blanco de las iras de muchos conductores desde que se redujo en julio el límite de velocidad en las carreteras secundarias

10 ene 2019 . Actualizado a las 18:39 h.

El movimiento de los chalecos amarillos, surgido en Francia en octubre del pasado año, ha acabado con más de la mitad de los radares viarios de la red gala de carreteras. Lo ha asegurado este jueves el ministro del Interior francés, Christophe Castaner, quien ha calificado de «locos», «inconscientes» e «incoherentes» a los responsables de estos daños. «Casi el 60 % de los radares han sido neutralizados, atacados, destruidos por aquellos que reivindican este movimiento», lamentó Castaner en declaraciones a los medios.

«He visto en las redes sociales a algunos imbéciles exhibirse al lado de radares quemados. No deseo que tengan que enfrentarse un día con la realidad de una muerte en la carretera», señaló el ministro de Interior de Francia, donde en la actualidad exitsten 3.200 radares fijos, de los cuales 2.500 son de control de velocidad. «No hay una política de números, hay una política de vida», añadió Castaner.

Indignación por la reducción del límite de velocidad

Hasta el momento, las autoridades habían rechazado ofrecer cifras concretas sobre los daños causados en las carreteras ni relacionarlos con el movimiento de los chalecos amarillos, según señala el diario Le Monde. 

Los radares han sido el blanco de la ira de muchos conductores y motoristas desde que el pasado 1 de julio entró en vigor una modificación del límite de velocidad en las carreteras secundarias, que se redujo de 90 a 80 kilómetros por hora. La medida se aplica a aquellas vías de dos carriles sin mediana central.

Las multas para los que dañen los dispostivos de control en las carreteras pueden ser de hasta 30.000 euros de multa y dos años de prisión, mientras que los que los destruyan se enfrentan a multas de hasta 75.000 euros y cinco años de cárcel.