Un chico de 20 años pone en ridículo la ciberseguridad del Gobierno de Merkel

PATRICIA BAELO BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

SASCHA STEINBACH | EFE

El «hacker» alemán actuó por enfado con los políticos alemanes

28 feb 2019 . Actualizado a las 13:03 h.

I love you o 12345 no son contraseñas seguras. Así instaba ayer el ministro alemán de Interior a los usuarios a protegerse mejor de las amenazas cibernéticas. Horst Seehofer también adelantó sus planes para reformar la ley de seguridad en la red e implantar un sistema de alerta temprana ante posibles agresiones. Todo ello después de que Alemania sufriera uno de los mayores ataques informáticos de su historia, en el que se filtraron datos de un centenar de políticos y personalidades de la vida pública durante todo el mes de diciembre, sin despertar la menor sospecha de las autoridades hasta enero. Un episodio que ha puesto en evidencia la falta de coordinación entre los distintos organismos competentes y sacado los colores al Gobierno de la primera potencia europea.

«Actuaron de forma rápida y eficaz. En las grandes cuestiones hacemos nuestro trabajo», se defendía Seehofer de las críticas que apuntan a la falta de celeridad y de transparencia en el caso. Subrayó que «la seguridad del Estado no se ha visto afectada», pues no se filtraron datos de la Administración. No obstante, tras reconocer que en la red es imposible «prometer una protección total» y ante la presión política y mediática, se vio obligado a anunciar medidas. Entre ellas, la puesta en marcha de un nuevo centro para mejorar la coordinación entre los organismos implicados en ciberataques, así como el aumento de efectivos de la Oficina Federal para la Seguridad Informática (BSI) y la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA).

Detención

La rueda de prensa conjunta de Seehofer y los presidentes de ambos organismos se producía solo horas después de que las autoridades confirmaran la detención el domingo de un joven de 20 años como presunto autor del masivo ciberataque que afectó incluso a Angela Merkel. Todo apunta a que el estudiante, que vivía en casa de sus padres en el estado federado de Hesse y no tenía formación como informático, actuó en solitario e impulsado por su «enfado con los políticos, periodistas y personalidades en cuestión», aseguró la BKA. El joven reconoció estar detrás del ataque, ofreció su colaboración y se mostró arrepentido, explicó Georg Ungefuk, de la Oficina Central para la Lucha contra la Delincuencia en Internet (ZIT) de la Fiscalía de Fráncfort.

Sin embargo, fue puesto en libertad el lunes al no existir riesgo de fuga ni intención de eliminar pruebas, haber facilitado su equipamiento técnico tras el registro de su domicilio y haber contribuido a la investigación. Aunque el espionaje y la publicación no autorizada de información personal está penado en Alemania con hasta tres años de cárcel o sanciones económicas, lo más probable es que se enfrente a una medida correctiva, como ocurre cuando los delincuentes no superan los 21 años.

El joven no tiene formación como informático ni vínculos con los utlraderechistas «No existen indicios de que fuera un ataque con trasfondo político», insistió el presidente de la BKA, Holger Münch, descartando así un vínculo con el ultraderechista AfD, el único partido que se libró de la filtración. El perfil del joven se corresponde más bien con el de muchos que logran ser expertos en Internet solo con tiempo e interés, apuntó. La BKA ya le tenía fichado por planear una acción similar hace dos años. Según medios locales, el domingo la policía se incautó de aparatos técnicos en el registro de la vivienda de un muchacho de 19 años que afirma haber estado en contacto con el presunto autor del ciberataque y que habría ayudado a identificarle.