Acusan al candidato «tory» a la alcaldía de Londres de usar «el peor tipo de misoginia»

Redacción LA VOZ

INTERNACIONAL

Shaun Bailey era hasta ahora la gran arma de los conservadores británicos para tratar de arrebatarle el cargo al laborista Sadiq Khan

09 ene 2019 . Actualizado a las 08:05 h.

Se llama Shaun Bailey y hasta la semana pasada era la gran arma de los conservadores británicos para arrebatarle la emblemática alcaldía de Londres al laborista Sadiq Khan y recuperar así el bastión en el que se hizo un nombre Boris Johnson. Su carrera hacia las urnas en el 2020 iba lanzada. Proclamado aspirante en el pasado otoño, este hombre de suaves modales, raza negra y sonrisa perpetua presentaba un expediente inmaculado de ayuda a grupos juveniles, apoyo a organización benéficas e interés en el mejor desarrollo de la comunidad posible.

Sin embargo, una revisión de sus declaraciones en el pasado han colocado contra las cuerdas de un sector de la opinión pública al hijo pequeño de una familia del barrio de North Kensington, donde nació en 1971. El foco del conflicto está en una entrevista publicada en el año 2007, cuando perdió las elecciones al Parlamento en la circunscripción de Hammersmith, que le han valido el reproche de los sectores más progresistas: «Pone en práctica el sexismo y usa el peor tipo de misoginia». El reproche procede de unas palabras en las que recordaba que en su infancia «no había tantas tonterías como ahora. Si te equivocabas, te lo decían y listo. Quizá, porque todos nuestros profesores eran hombres», recogía la entrevista de la discordia. De aquel día eran también las quejas contra el reparto de anticonceptivos en los colegios, «que solo sirven para alentar los embarazos de las adolescentes». Tampoco le gustaba la idea de que las jóvenes menores de edad pudieran abortar sin conocimiento de sus padres.

Islamofobia y racismo

El pasado también rescató otros asuntos polémicos del aspirante conservador, al que en algunos círculos se le denuncia por racismo hacia las minorías hindúes y musulmanas. Bailey, cuyos padres eran originarios de Jamaica, escribió en el 2007 que esos dos colectivos «separan a Gran Bretaña de su esencia» y mostró su preocupación por la posibilidad de que las islas se convirtieran «en un pozo negro plagado de delitos». «Para los negros nos es mucho más fácil integrarnos en la sociedad británico, porque compartimos los valores cristianos», aseguraba entonces.