Italia agita ante la UE el temor a una revuelta social a la francesa

Darío Menor ROMA / COLPISA

INTERNACIONAL

Tony Gentile | reuters

Conte se muestra dispuesto ante Juncker a reducir el déficit presupuestario hasta el 2,04 % para evitar una sanción

13 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El movimiento de los chalecos amarillos que sacude Francia puede convertirse en la tabla de salvación para el pulso que mantiene Italia con la Unión Europea por la intención del Gobierno de Roma de aumentar el déficit en el 2019 hasta el 2,4 % desde el 1,8 % previsto en un primer momento. La decisión del presidente Emmanuel Macron de tratar de acallar las protestas aumentando el salario mínimo en 100 euros mensuales junto a otras concesiones en la misma línea, producirá un desequilibrio en las cuentas públicas galas de hasta el 3,4 %.

Con este anuncio, Macron, enemigo acérrimo de Matteo Salvini, se ha convertido paradójicamente en el mejor aliado de Roma. La nueva política expansiva de Francia fue el mejor argumento con el que se presentó ayer en Bruselas el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para negociar los Presupuestos italianos del 2019 con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. El encuentro vino después de que la UE rechazara el mes pasado las cuentas debido a su déficit excesivo y a las pocas garantías planteadas para reducir la gigantesca deuda pública, que supera el 130 % del PIB. Tanto Salvini, de la Liga, como Luigi di Maio, líder del M5E, se encargaron de subrayar el paralelismo entre las situaciones francesa e italiana. «Los Presupuestos contienen las promesas que en Francia piden en las calles. Si mantenemos esas promesas, se preservará la confianza con los ciudadanos. De lo contrario, Italia y Francia se parecerán mucho», advirtió Di Maio. Salvini, por su parte, dijo que no quería «ni pensar» en la posibilidad de que Bruselas «cierre los ojos a favor de Macron y se planteen sanciones increíbles e impensables contra Italia».

Entendimiento

Si sigue sin haber acuerdo, Roma se enfrentará a un procedimiento de infracción cuyas negativas consecuencias para el país fueron subrayadas por el presidente de la República, Sergio Mattarella. El nuevo desfase francés no es la única carta que jugó Conte ante Juncker. También mostró la supuesta buena voluntad de su Gobierno al estar dispuesto a rebajar el déficit hasta el 2,04 %. En su comparecencia en el Parlamento el martes, anunció que no se presentaría en Bruselas con un «libro de sueños» sino que iría con un «completo espectro del programa de reformas». La reducción del desequilibrio presupuestario que podría aceptar Roma saldría en parte de una aplicación menos generosa de la reforma de las jubilaciones.

Los mercados apuestan por el entendimiento entre Italia y la UE, que seguirán negociando al menos hasta el próximo miércoles, cuando la Comisión Europea tiene previsto mantener su último encuentro del año y el Senado de Roma votará los Presupuestos. La prima de riesgo italiana bajó ayer once enteros hasta los 272 puntos básicos mientras que el índice selectivo de la Bolsa de Milán subió un 1,9 %.