Bruselas alerta sobre el ciberespionaje de tecnológicas chinas como Huawei

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

STRINGER | Reuters

Controlará las inversiones para evitar que Pekín tome las riendas de sectores clave

08 dic 2018 . Actualizado a las 18:15 h.

La detención de la heredera del imperio Huawei, Meng Wanzhou, por parte de las autoridades canadienses ha reavivado nuevas tensiones políticas y comerciales en el mundo. El enfrentamiento abierto entre Estados Unidos y China no tiene que ver exclusivamente con las razones de su arresto, vinculado supuestamente al quebrantamiento de las sanciones impuestas por la Administración estadounidense a Irán. Desde que Donald Trump aterrizó en la Casa Blanca, las relaciones de su país con el gigante asiático fueron derivando el estallido de una guerra comercial cuya tregua podría quebrarse.

Washington no se fía de Pekín por las prácticas de espionaje industrial y estatal que perpetran sus empresas. Tampoco lo hace la Unión Europea. El comisario de Mercado Único Digital, Andrus Ansip, admitió ayer que Bruselas tiene sus ojos puestos en las tecnológicas chinas como Huawei. «Creo que deberíamos estar preocupados, por supuesto», sostuvo el estonio, quien les acusó de espiar los terminales de sus clientes para informar a los servicios secretos chinos.

«Debemos tener miedo», sentenció el vicepresidente de la Comisión Europea El vicepresidente de la Comisión Europea explicó que estas empresas tienen la obligación de instalar en sus móviles backdoors, unos sistemas maliciosos que permiten acceder al teléfono de cualquier usuario y utilizarlo sin su consentimiento. «Esto trata también de los chips que ponen en cualquier lugar para conseguir acceder a nuestros secretos. No es una buena señal cuando las compañías tienen abiertos sus sistemas a los servicios secretos», insistió el estonio. «Tenemos que tener miedo», recalcó

Huawei manifestó ayer su «sorpresa y decepción» por las acusaciones vertidas desde Bruselas. «Rechazamos categóricamente cualquier sugerencia de que podríamos ser una amenaza para la seguridad (...) Somos parte de la solución, no del problema. Ningún Gobierno nos ha pedido nunca construir backdoors o interrumpir cualquier red y nunca toleraríamos semejante comportamiento de nuestro personal», aseguró ayer la compañía en un comunicado.

Medidas de freno

Las alarmas sobre el ciberespionaje masivo de China no son nuevas. Los Gobiernos europeos temen que la irrupción de las tecnológicas asiáticas en el Viejo Continente permita a Pekín hacerse con el control de sectores e infraestructuras estratégicas para la UE como la salud, aeronáutica, medios de comunicación o tecnología. Los recelos no son infundados. Las inversiones de compañías controladas por el Estado chino en la UE aumentaron de los 6.000 millones de euros en el 2015 a los 37.000 en el 2016. Unos movimientos encaminados a hacerse con el control de servicios clave para la población. Los Gobiernos quieren poner coto a la expansión salvaje china en el continente. Siguiendo la estela de países como Australia, Nueva Zelanda y Japón, algunas cancillerías europeas sopesan restringir la entrada de inversores chinos para el desarrollo de las redes 5G en los próximos años. La UE quiere un movimiento coordinado para evitar que Pekín tome el control de las empresas europeas o se haga con la totalidad del mercado. Así lo pidieron por carta Alemania, Italia y Francia en febrero del 2017. Hace solo tres días, los Veintiocho aceptaron legislar para poner en marcha un «escáner» europeo que chequeará las inversiones extranjeras directas antes de darles luz verde. Algunos países como el Reino Unido, España, Alemania y Francia ya se han adelantado.

EE.UU. reclama la extradicción de Meng Wanzhou por «fraude»

La Fiscalía de EE.UU. reclama a la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, por cargos de fraude por intentar burlar las sanciones impuestas contra Irán a través de la subsidiaria Skycom, una compañía que la tecnológica china asegura que es independiente. El detalle de la acusación se conoció en la audiencia judicial que tuvo lugar ayer en el Tribunal Supremo de la Columbia Británica, en Vancouver (Canadá) para decidir sobre su extradición. En medio de una gran expectación mediática, la hija del fundador de Huawei llegó junto con dos abogados y un intérprete.

Durante la vista, se conoció que Meng se dirigía a México cuando fue arrestada en Vancouver el 1 de diciembre a petición de las autoridades estadounidenses. También que los ejecutivos de la multinacional china dejaron de viajar a EE.UU. a partir de marzo del 2017, después de que un gran jurado emitiese una citación judicial a la compañía. La Fiscalía canadiense también destacó que, a pesar de que Meng tiene un hijo estudiando en Boston (Massachusetts), la ejecutiva china también dejó de viajar al país vecino.

En medio del fuego cruzado entre Pekín y Washington, Canadá intenta no enfurecer al gigante asiático. Así, su primer ministro, Justin Trudeau, intentó desligar a su Gobierno del creciente conflicto y reafirmar la independencia del sistema judicial canadiense. Pese a la tormenta, a Donald Trump no se le ocurrió más que decir en un breve tuit matinal que las negociaciones encaminadas a desactivar la disputa comercial con China «van muy bien».