La tensión geopolítica enturbia el G20

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

LUDOVIC MARIN

Trump cancela la cumbre con Putin en respuesta a la escalada bélica entre Rusia y Ucrania

30 nov 2018 . Actualizado a las 08:07 h.

La cumbre del G20 que comienza hoy en Buenos Aires se presenta como una de las más tensas en los diez años de existencia del grupo. Los anuncios realizados ayer por Donald Trump amenazan con dar al traste con la cita antes incluso de que Mauricio Macri la dé por inaugurada y con repetir el desastre del G 7 de junio en Canadá. De fondo hay conflictos políticos y económicos solapado: la escalada bélica entre Ucrania y Rusia, la guerra comercial entre EE.UU. y China y la responsabilidad de Arabia Saudí en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. El G20 siempre concluyó con una declaración final, pero esta vez ni tan siquiera está asegurada. Y, si la hay, será un consenso de mínimos.

La reunión puede agravar la guerra comercial entre Pekín y Washington El éxito de la cumbre dependerá en gran parte de Trump, pero los anuncios de ayer no auguran nada bueno. Para disgusto del Kremlin, el estadounidense canceló su cita bilateral con Vladimir Putin mediante un mensaje en Twitter. Justificó su decisión por la negativa de Rusia a devolver los buques de la Armada ucraniana apresados en el estrecho de Kerch y a poner en libertad a la tripulación. La decisión supuso un cambio abrupto ya que, poco antes de partir hacía Buenos Aires, había anunciado a los periodistas que el G20 sería un «muy buen momento» para encontrarse con su par ruso.

El Kremlin ha tirado de ironía ante la cancelación: «así tendrá un par de horas adicionales para celebrar reuniones». Hace apenas un mes, Moscú se vanagloriaba de que el jefe del Kremlin y el inquilino de la Casa Blanca tendrían una cita «larga y sustancial» en Buenos Aires. La escala de la tensión en aguas de Crimea se ha colado en la agenda y se espera centre el encuentro entre Angela Merkel y Putin.

Enfrentamiento con China

En cuanto a su litigio comercial con Pekín, lo dicho ayer por Trump enfría cualquier esperanza de avance. En vísperas de su encuentro con Xi Jinping, el magnate se mostró escasa disposición a hacer concesiones en la guerra comercial con China. «Todavía falta un largo camino por recorrer», escribió en Twitter. Incluso resaltó los beneficios que la disputa comercial supuestamente ha dado a su país: «Gracias a los aranceles contra China, miles de millones de dólares entran en las arcas de Estados Unidos». Antes de abordar el Air Force One espetó a los periodistas una inexplicable reflexión: «Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China, pero no sé si quiero hacerlo». Los aranceles serán también centro del debate entre Trump y la canciller alemana, en medio de las informaciones sobre la imposición de tasas en las próximas semanas a los automóviles germanos por EE.UU.

El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman no lo va a tener fácil en el G20 por su responsabilidad en el asesinato de Khashoggi. Cada gesto y cada conversación serán escrutados con lupa, mientras la Justicia argentina decide si le abre una investigación. A su llegada, Emmanuel Macron confirmó que se reunirá con él y abordará el asesinato del periodista. También está previsto que el príncipe se reúna con Putin y Recep Tayyip Erdogan, que lidera la denuncia del caso. No así con Trump, que ya la descartó pese a que sigue viéndolo como un aliado crucial. Antes de que Jacques Trudeau pisara Buenos Aires, Canadá anunció sanciones contra 17 saudíes por su vinculación con el crimen, como ya hicieron antes Estados Unidos, Alemania y Francia.

La cumbre será espejo del vapuleado orden mundial tras dos años de presidencia de Trump. Macron y Merkel se presentarán una vez más como los defensores del multilateralismo y el Acuerdo de París.

El Senado de EE.UU. vota cortar el apoyo militar a Arabia Saudí en la guerra en Yemen

Adriana Rey

El Senado de Estados Unidos aprobó el miércoles una resolución a favor de retirar el apoyo militar estadounidense a la coalición liderada por Arabia Saudí que interviene en la guerra de Yemen. Todo un tirón de orejas a Donald Trump de demócratas y republicanos, que no se creen las explicaciones del Gobierno sobre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi.

Los senadores votaron 63 frente a 37 a favor de la propuesta que da luz verde al debate. Esta votación no es necesariamente un indicio del pronunciamiento final de la Cámara Alta, pero sí da una idea del malestar que hay y del deseo de enviar un mensaje a la Casa Blanca de que tome una postura más firme con el reino del golfo Pérsico.

La votación tuvo lugar poco después de que el secretario de Defensa, James Mattis, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, defendieran que no existen pruebas concluyentes de que Mohamed bin Salman ordenara el asesinato del periodista disidente, a pesar de que la CIA considera lo contrario. Además, justificaron la postura de Trump de no castigar al príncipe heredero por ser un aliado clave. «Arabia Saudí es fundamental para mantener la seguridad de la zona y de Israel, dada su posición geográfica y la amenaza que representa Irán», insistió Mattis.

Informe de la CIA

Las explicaciones no convencieron a los senadores. Lindsey Graham, uno de los grandes aliados de Trump en el Capitolio, fue contundente: o el Congreso es informado por la CIA sobre el papel del príncipe saudí en el caso Khashoggi o no votará ningún asunto legislativo este año. «No van ustedes a ser capaces de saltarse el problema. No cuenten conmigo hasta que no podamos escuchar lo que la CIA tiene que decir». Según el diario turco Hürriyet, la inteligencia estadounidense dispone de una grabación que implica directamente a Mohamed bin Salman en el asesinato del periodista disidente. En ella, da instrucciones a su hermano menor Jalid, embajador saudí en Washington, de «silenciar a Khashoggi cuanto antes».