El fiscal saudí pide la pena de muerte para cinco acusados del caso Khashoggi

La Voz

INTERNACIONAL

Osman Orsal | REUTERS

EE.UU. impone sanciones a 17 funcionarios saudíes implicados en el asesinato

16 nov 2018 . Actualizado a las 00:15 h.

Casi un mes y medio después del crimen, el fiscal general saudí, Saud al Moyeb, pidió ayer la pena de muerte para cinco de los once acusados del asesinato de Jamal Khashoggi. Riad responde así a la presión internacional que le exige que aclare la muerte del periodista crítico con el reino, pero de lo que no se baja es de eximir de toda culpa al poderoso príncipe heredero Mohamed bin Salman, como apunta Turquía. Así responsabiliza del crimen solo al comando desplazado al Consulado de Estambul. Según la investigación del reino, el disidente exiliado en EE.UU. murió el 2 de octubre por una sobredosis de un somnífero y su cuerpo fue troceado y entregado a un «colaborador turco». Ankara sostiene que fue estrangulado o asfixiado con una bolsa de plástico.

El fiscal asegura que el oficial de inteligencia que dirigía el comando -cuyo nombre no citó- fue el que dio la orden de matar a Khashoggi, y no el príncipe heredero Mohamed bin Salman, alias MBS. «No estaba al tanto del caso», insistió el portavoz, Shaalan al Shaalan, a la pregunta de un periodista. Se enteró después de cometerse el crimen, por medio de «informes falsos» que le presentaron los agentes implicados y las informaciones de prensa.

Analistas y diplomáticos occidentales insisten en que una operación de este tipo nunca se llevaría a cabo sin el conocimiento del poderoso príncipe de 33 años.

Riad intentó ayer aunar y matizar las distintas versiones que ha dado sobre el asesinato. Asegura que todo comenzó con una información de un «exconsejero», en alusión a Saud al Qahtani (miembro del Consejo Real destituido), sobre las supuestas relaciones del disidente con «organizaciones extranjeras enemigas del reino». Entonces, el subdirector de los servicios secretos, general Ahmed al Asiri, ordenó organizar una operación para llevar a Khashoggi a Riad por las buenas o por las malas.

Turquía considera «insuficiente» la explicación saudí. «Este asesinato, como ya dijimos, fue planificado por anticipado», dijo el ministro de Exteriores Mevlüt Çavusoglu. Poco después su homologo saudí, Adel al Yubeir, salió a rechazar cualquier intento de politizar el caso Khashoggi para «interferir» en los asuntos del reino. Preguntado sobre posibles sanciones, defendió que hay una diferencia entre castigar a personas y responsabilizar al Gobierno saudí de lo ocurrido.

Castigo de Washington

La petición fue tomada al pie de la letra Washington. Así ayer el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, impuso sanciones a 17 funcionarios saudíes que «estuvieron involucrados en el horrible asesinato de Jamal Khashoggi». El sancionado más relevante es Saud al Qahtani, cercano al príncipe heredero y considerado el Steve Bannon saudí como responsable de las relaciones con los medios.

Los otros sancionados son un subordinado de Qahtani, Maher Mutreb, acusado de ser el coordinador de la operación; los otros 14 miembros del comando y el cónsul general saudí en Estambul, Mohamed al Otaibi. Las sanciones contemplan el bloqueo de cualquier activo de esas personas en territorio estadounidense y la prohibición de las transacciones con empresas o personas en ese país.