Alivio entre los republicanos por las victorias en Florida, Iowa y Ohio, tres estados clave en las presidenciales

INTERNACIONAL

Jonathan Ernst

Las elecciones del midterm, fundamentales a la hora de trazar una estrategia

08 nov 2018 . Actualizado a las 01:15 h.

Las elecciones estadounidenses del midterm tienen también un factor clave en la valoración del presidente de turno y en la elaboración de su estrategia de cara a la siguiente gran cita con las urnas, las presidenciales, en este caso las del 2020.

Por eso, al margen de las grandes victorias o derrotas, los analistas estadounidenses desmenuzan desde el primer minuto los datos correspondientes a los llamados «swinging states», aquellos conocidos como estados clave porque su estructura de voto refleja de forma casi mimética la que se registra en todo el país a la hora de elegir al nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Por eso, en estos comicios de mitad del mandato la vista estaba puesta en dos de esos denominados estados clave, Iowa y Ohio, y en otros como Florida, determinante por el nivel de movilización existente con cada candidato. Y ahí, en una noche agridulce para Donald Trump, el magnate y sus asesores de confianza encontraron algunas de las razones para sonreír, ya que las votaciones en esos tres estados ratificaron la victoria alcanzada por Trump dos años antes.

En Florida, Ron de Sanctis recogió el testigo de Rick Scott y, tras una reñidísima campaña, ambos consiguieron doblegar a sus adversarios demócratas. Así, De Sanctis será gobernador, mientras que Nelson apuntala la mayoría republicana en el Congreso al despojar de su acta al demócrata Bill Nelson por menos de cuarenta mil votos.

En Ohio, una de las referencias en cualquier estudio electoral que se precie, los republicanos vieron reducida su ventaja sobre los demócratas a solo cuatro puntos en la elección a gobernador, mientras que el aspirante progresista consiguió el acta en el Senado en un reparto de votos que contentó a todos.

Por lo que se refiere a Iowa, el republicano Kim Reynolds logró una agónica victoria por solo tres puntos, que permite mantener el cordón republicano en el centro del país.

Alegrías azules

Pero esos tres alivios de los republicanos no empañan el importante avance de los demócratas en las elecciones regionales, donde los progresistas consiguieron conquistar siete nuevos estados -Wisconsin, Kansas, Nevada, Illinois, Míchigan, Nuevo México y Maine- y tendrán el poder en 22 gobernaciones, mientras que los republicanos verán reducido su poder a 25. Entre los grandes bastiones afines a Donald Trump, en Texas y Arizona los dos gobernadores republicanos consiguieron cómodas victorias por más de quince puntos de ventaja sobre sus adversarios demócratas. Ambos estados son fronterizos con México y las políticas contra la inmigración ilegal de la actual Administración no causan, por ahora, un gran impacto entre los votantes.