Beto O'Rourke, el bajista punki que sueña con ser el Kennedy de El Paso

Miriam García
M. G. NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

CHIP SOMODEVILLA / Afp

Los trumpistas apuestan por que las familias hispanas son más conservadoras que el candidato que promete legalizar la marihuana y proteger el derecho al aborto

05 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

¿A qué suena el punk texano? Para saberlo había que pasarse la semana pasada por el Cowboy Dancehall de San Antonio, donde Los Callejeros de San Anto daban botes en el escenario y mezclaban letras en inglés y en español para su Piñata Protest. Abrían la noche para Beto O'Rourke, un bajista punki reconvertido a la política que ha devuelto la esperanza al partido de Obama en este bastión republicano. 

Los trumpistas apuestan por que las familias hispanas son más conservadoras que el candidato que promete legalizar la marihuana y proteger el derecho al aborto. Beto ni siquiera es uno de los suyos. Es «un pretender», le acusa el empleado de banca de Houston Eric Khan. «Un farsante», insiste en todos los idiomas.

Su familia es de origen irlandés, pero en su ciudad natal de El Paso, donde el 80,2 % de la población es de origen hispano, el diminutivo lo tiene desde que era pequeño. Para rebatir a su rival, que le acusa de haberse puesto el apodo para apelar a ese gigante dormido, enseñó una foto de su infancia en la que su madre le había cosido el nombre en la camiseta. 

Un duelo diferente

Beto ya no es el joven de perilla y coleta que aparecía en la portada del disco El Paso Pussycat que grabó con Foss mucho antes de ser congresista. En el vinilo de 1993 parecía Kurt Kobain, pero ahora se ha cortado la coleta y lleva flequillo a lo Bobby Kennedy. Ni siquiera había nacido cuando el hermano menor de JFK fue asesinado en Los Ángeles a los 43 años, pero se ha inspirado en él para lanzarse a una campaña de bases que ha tocado los 254 condados de Texas, convencido de que si la gente le oye cambiará de opinión. Su imagen juvenil, pese a tener solo un año menos que su rival, Ted Cruz (46 y 47), el idealismo de su mensaje inclusivo y su manejo de las redes sociales le han convertido en un fenómeno de masas que le ha catapultado a la escena nacional.

Ninguna encuesta le pone por delante de Cruz, un cubanoamericano que se hace llamar Ted, pese a haber nacido Rafael, y habla peor español que Beto. Con todo, el irlandés de El Paso llegó a darle caza en las encuestas y ha recaudado más que él.