Moro tenía en su poder las palabras de Palocci desde abril y, según explicó en el auto, las liberó «porque no hay riesgo para el futuro de otras investigaciones». Sí encuentra alguna pega el PT, que ve en la maniobra otro giro de lo que considera golpe judicial para alejar al partido del gobierno, una estrategia que arrancó en el 2016 con el impeachment de Rousseff y culminó con la encarcelación de Lula. La decisión de Moro vuelve a poner el foco en el rol de los jueces en los años más convulsos de Brasil desde la dictadura militar, porque llegó apenas horas después de un fuego cruzado entre dos magistrados del Supremo a raíz de una entrevista de Lula al diario Folha de São Paulo, que finalmente fue prohibida.