La erupción de un volcán en el norte agrava la crisis de Célebes

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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El volcán lanzó una columna de humo y cenizas de 4.000 metros
El volcán lanzó una columna de humo y cenizas de 4.000 metros BNPB / HANDOUT / EFE

Carrera contra el tiempo en Indonesia para buscar supervivientes

04 oct 2018 . Actualizado a las 07:53 h.

Célebes es un infierno en el que no falta plaga alguna. A los terremotos y el tsunami de la semana pasada en el oeste de la isla se sumaron un nuevo temblor de tierra el lunes en el centro y la erupción de un volcán en Sotupan, al noreste. Mientras, las autoridades son incapaces de implementar las ayudas en la zona cero de la tragedia y las listas de muertos crecen por decenas cada día.

En el último recuento, son ya más de 1.400 las personas fallecidas y las necesidades de los supervivientes en las zonas siniestradas son inmensas, mientras se reducen las esperanzas de encontrar supervivientes.

Se trata de una carrera contra el tiempo para rescatar a personas con vida. Las autoridades se dieron hasta mañana -una semana después de la catástrofe- para hallar posibles supervivientes. Pasada esta fecha, las posibilidades serán prácticamente nulas.

Los equipos de rescate se concentran en algunas zonas alrededor de Palu, una ciudad de la costa golpeada de lleno por el tsunami, y especialmente en el hotel Roa Roa, donde aún habría unas sesenta personas sepultadas bajo los escombros. También trabajan en un centro comercial, un restaurante o en el barrio de Balaroa, donde la fuerza de la sacudida dejó el suelo hecho trizas.

Cerca de 200.000 personas necesitan ayuda humanitaria urgentemente, según la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), incluyendo decenas de miles de niños. Se calcula que 66.000 viviendas fueron derruidas el viernes por el temblor de magnitud 7,5 y el tsunami que engendró.

A pesar de que el Gobierno indonesio afirmó a los equipos extranjeros que intervienen en las zonas afectadas que la situación estaba controlada, los habitantes de localidades alejadas como Wani, en la provincia de Donggala, dicen que no han visto ninguna ayuda. «Doce personas están desaparecidas en esta zona», afirmó a AFP un habitante, Mohamad Thahir Talib, de 39 años. «Puede que también haya cuerpos más al sur».  

Lucha contra el hambre

Los supervivientes luchan contra el hambre y la sed por la falta de agua potable y de alimentos, mientras que las autoridades están desbordadas por el gran número de heridos. Tras tres días de saqueos, los soldados recibieron órdenes de disparar si es necesario.

«Podíamos tolerarlo el primer o segundo día porque necesitaban esas cosas. Pero el tercer día se pusieron a saquear cosas como equipos electrónicos» declaró el coronel Ida Dewa Agung Hadisaputra. En Palu, la policía efectuó disparos de advertencia y lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la gente que saqueaba comercios.

Este miércoles Venezuela anunció una donación de 10 millones de dólares y la ONU aportó otros quince. El problema es cómo hacer llegar la ayuda a las víctimas.