La UE mantiene el pulso con Italia y le exige que rectifique sus presupuestos

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El ministro galo, a la izquierda, discute con el italiano
El ministro galo, a la izquierda, discute con el italiano JULIEN WARNAND | Efe

Una beligerante Francia acusa al Gobierno de Roma de falta de lealtad con los europeos

02 oct 2018 . Actualizado a las 07:43 h.

«Me da lo mismo, lo haré igual», advirtió hace tres días en tono desafiante el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, a Bruselas. Su Gobierno, conformado por la ultraderechista Liga Norte y el populista Movimiento Cinco Estrellas, se declara insumiso. No tiene intención de cumplir las reglas de déficit y deuda de la UE. Todo lo contrario. Planea disparar el gasto público hasta alcanzar el 2.4 % de déficit hasta el 2021, frente al 0.8 % comprometido.

De nada han servido las llamadas de atención de Bruselas. Italia está dispuesta a seguir adelante con el desafío y provocar un nuevo choque de trenes con las autoridades comunitarias, detestadas por ambos partidos. Pero la UE está dispuesta mantener el pulso por lo mucho que hay en juego. «No le interesa a nadie tener una crisis en Italia o con Italia. Defenderemos los intereses de los italianos y europeos», advirtió este lunes el comisario de Economía.

Pierre Moscovici instó al Gobierno italiano a «contar la verdad» que hay tras su propuesta. «Es fácil aumentar el déficit para ser populares a corto plazo, pero al final, ¿quien paga la factura?», señaló apuntando a los contribuyentes. El francés sugirió que su equipo podría adoptar represalias contra el país si no mete en vereda su abultada deuda pública (130.8 % del PIB) y pidió a los ministros del euro dar luz verde a un presupuesto para la eurozona como medida para «luchar contra las desigualdades, de las que se nutren los populistas».

Para el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, la situación requiere una intervención urgente. El Gobierno italiano está poniendo en riesgo la estabilidad de la zona euro. «Hay unas reglas y son las mismas para cada Estado miembro porque nuestros futuros están interconectados», alertó el galo ante la posibilidad de que una crisis en Italia acabe arrastrando a otros países como España. La ministra de Economía, Nadia Calviño, rechazó esa posibilidad. «A nadie le beneficia que se desencadene un episodio de inestabilidad financiera. No tengo preocupación especial por un efecto contagio que no vemos en ningún lugar», trató de calmar.

Sin embargo, Le Maire fue más allá y criticó a los italianos por su falta de lealtad ante quienes, como los franceses, sí han hecho grandes esfuerzos para ajustar sus economías «por respeto» a sus socios europeos.

Bruselas ya ha señalado que las cuentas del ministro italiano de Economía, Giovanni Tria, no pasarán la criba. «No son compatibles», zanjó el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis. En sus últimas recomendaciones el equipo de Jean Claude Juncker alertaba de los «riesgos de relevancia transfronteriza» que puede acarrear la deuda, y la baja productividad de la tercera mayor potencia del euro. El riesgo sistémico que representa el país es la baza que está utilizando el Gobierno de Giuseppe Conte para chantajear y provocar a la UE. «Vivimos tiempos decisivos para Europa, lo que está en juego es claramente su futuro. A lo largo de Europa emergen movimientos populistas y nacionalistas. Me preocupa el resultado de las próximas elecciones europeas», admitió Le Maire.

Después del pulso migratorio de Salvini, contenido a duras penas por Bruselas, el presupuestario amenaza con poner patas arriba el proyecto del euro, frágil e inacabado. Si el Gobierno italiano sigue adelante con sus planes, la batalla puede precipitar una crisis más agresiva que la del 2010. «Somos conscientes de lo que está en juego. Corresponde al Gobierno italiano mostrar un plan sostenible y creíble para el 15 de octubre», exigió este lunes el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno.