Merkel se disculpa por ascender al exjefe de los espías

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CLEMENS BILAN | EFE

Su promoción y el consiguiente aumento de sueldo ue despertó indignación entre la oposición y las filas del SPD, el socio minoritario

25 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que empezó este año, la presión ha obligado a la pragmática y comedida Angela Merkel a pedir disculpas públicas varias veces. La última de ellas ayer, cuando la canciller admitió errores en el caso del ya exjefe de la inteligencia alemana, Hans-Georg Maassen, a quien el Gobierno de la gran coalición ascendió a secretario de Estado después de haberlo cesado de su cargo por connivencia con la ultraderecha así como por minimizar la ola de xenofobia que recorre el este del país desde hace un mes. Una promoción que llevó consigo un aumento de sueldo que despertó indignación entre la oposición y las filas del SPD, el socio minoritario.

«Lo lamento mucho», declaró la líder conservadora, quien reconoció que la mala gestión se debe a que en las últimas semanas la gran coalición se ha ocupado «mucho de sí misma», en vez de resolver los problemas de la gente. «Esto debe cambiar», subrayó instando a sus dos aliados a acercar posturas y empezar a desarrollar los compromisos que sellaron en marzo pasado para poder avanzar en cuestiones como por ejemplo las consecuencias del brexit. Pero antes era necesario zanjar el caso Maassen, a quien el SPD exigía que se le despidiera y la CSU deseaba mantener hasta el final.

Algo que la jefa del Ejecutivo germano confía en haber logrado gracias al acuerdo de mínimos que firmó el domingo por la noche junto a la líder socialista, Andrea Nahles, y el socialcristiano bávaro, Horst Seehofer. Un pacto según el cual el exdirector de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, como se denominan en Alemania los servicios secretos internos, no será nombrado secretario de Estado, sino asesor especial con responsabilidad en asuntos europeos e internacionales del Ministerio de Interior, el departamento de Seehofer.

A ojos de Merkel, es un puesto «adecuado», porque Maassen «tiene unas competencias claramente definidas» y no relacionadas con sus tareas previas, al tiempo que resulta «comprensible para el ciudadano», dado que «no constituye un ascenso». Sin embargo, según publica el semanario Der Spiegel, se trata de «una solución de emergencia», con la que la canciller ha conseguido una vez más salvar una alianza cogida con alfileres que no tardará en sufrir nuevas fisuras.

Ya ocurrió en junio, cuando en un órdago sin precedentes Seehofer amenazó con romperla si Merkel no endurecía el asilo. Estos rifirrafes le han costado a la gran coalición ocho puntos de intención de voto en un año. El gran beneficiado es el partido ultra AfD, que quedó tercero en las generales de septiembre y hoy le arrebata el segundo lugar al SPD, con el 18 % de apoyos.