Irán anuncia una «terrible» reacción al golpe terrorista y apunta a Arabia Saudí

Mikel Ayestarán JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

MORTEZA JABERIAN | efe

Al menos 25 muertos en el peor ataque de los últimos años en la república islámica

23 sep 2018 . Actualizado a las 09:39 h.

La respuesta de Irán será «terrible». Este fue el anuncio del presidente, Hasán Rohaní, tras una jornada en la que el terror golpeó al suroeste del país y al menos 25 personas perdieron la vida y otras 60 resultaron heridas en un atentado contra un desfile militar. Aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó la operación a través de Amaq, uno de sus canales habituales, la seguridad iraní señaló al movimiento separatista árabe Al Ahvazie, que también emitió un comunicado para asumir la autoría del atentado más sangriento que sufre la república islámica en los últimos años. El ministro de Exteriores, Mohamad Javad Zarif, afirmó que «los padrinos regionales del terrorismo y sus maestros estadounidenses son responsables», un mensaje directo a Washington y a su gran aliado, Arabia Saudí, a quienes los iraníes acusan de apoyar a los movimientos separatistas para intentar desestabilizar al país.

La pesadilla empezó a primera hora de la mañana en Ahvaz, capital de la provincia de Juzestán, donde la mayoría de la población es de etnia árabe y no persa, a diferencia de lo que ocurre en el resto del país. Las fuerzas armadas y los Guardianes de la Revolución comenzaron un desfile para conmemorar el inicio de la guerra lanzada por Irak y que se libró entre los años 1980 y 1988. A los pocos minutos empezaron a sonar los disparos, como se puede escuchar en los vídeos difundidos por testigos.

Disparos, gritos, carreras, uniformes ensangrentados, militares evacuando a niños heridos en sus brazos. Escenas con las que los ciudadanos conviven desde hace más de un decenio en otros países de Oriente Medio como el vecino Irak o Siria, pero no en Irán. Y al menos la mitad de los fallecidos pertenecen a los Guardianes de la Revolución, la fuerza creada en 1979 para proteger el sistema islámico de gobierno y que solo responde ante el líder supremo, Alí Jamenéi. Este cuerpo de élite sufrió ayer uno de sus peores ataques.

Un comando formado por cuatro hombres, vestidos con uniformes militares, según describieron las agencias locales, abrió fuego con fusiles de asalto de forma indiscriminada contra los soldados que marchaban y el público presente. «De los cuatro terroristas, tres fueron enviados al infierno en el mismo lugar del ataque, y el cuarto, que resultó herido y fue detenido, se unió a ellos en el infierno poco después debido a la gravedad de sus heridas», declaró a la televisión el general Abolfazl Shekarshi.

«Quienes aportan apoyo en materia de Inteligencia y propaganda a estos terroristas tendrán que responder por ello», anunció el presidente Rohaní a través de un comunicado. El portavoz de los Guardianes de la Revolución, Ramezan Sharif, citado por la agencia Isna, fue más explícito y afirmó de forma rotunda que los autores «están alimentados por Arabia Saudí e intentaron hacer sombra a la potencia de las fuerzas armadas». Una acusación similar a la que los saudíes, la gran potencia suní de la región, lanzan a los iraníes por su respaldo a la minoría chií del reino o a los rebeldes hutíes en Yemen, que también pertenecen a la rama chií del islam, que es mayoritaria en Irán.

Problema interno

Los responsables de seguridad citados por los medios iraníes apenas prestaron atención a la reivindicación del EI y se centraron en el movimiento separatista árabe Al Ahvazieh. El golpe terrorista en Ahvaz da paso a un escenario diferente al de junio del 2017, cuando los seguidores del califa llevaron a cabo su primera operación en Irán con un doble atentado simultáneo en el Parlamento y el mausoleo del imán Jomeini en Teherán, provocando 17 muertos y decenas de heridos. Aquella operación del EI puso en evidencia a los servicios secretos del país y la respuesta iraní llegó en forma de ataque con misiles contra posiciones del grupo yihadista en Siria. En el caso de Ahvaz se trataría de un problema doméstico y se sumaría a los conflictos internos abiertos con otras minorías como los kurdos o los baluches, que también cuentan con grupos armados y han demostrado su capacidad de cometer atentados pese a la fuerte seguridad interna que mantiene la república islámica.