Trump recula ante el caso Kavanaugh por temor al castigo del voto femenino

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

BRENDAN SMIALOWSKI | AFP

Ivanka aconseja a su padre que retire la nominación del juez al Tribunal Supremo

21 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La amenaza de perder la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y Senado de EE.UU. ha provocado que Donald Trump mida la defensa que hace públicamente de su nominado al Tribunal Supremo. El apoyo del presidente a Brett Kavanaugh se ha ido suavizando con el paso de las horas ante la preocupación de que la acusación de Christine Blassey Ford por abuso sexual enfade a las mujeres votantes de cara a las elecciones legislativas de noviembre. En la era del Me Too, ni Trump ni el Partido Republicano pueden permitirse el lujo de enemistarse con el voto femenino. Así, las discusiones sobre las consecuencias políticas se han apoderado del partido con los legisladores y los estrategas enervados por esta última crisis que ha puesto patas arriba la campaña.

Agobiados por un presidente cada vez más impopular en los sondeos, los republicanos debaten sobre cómo la presión para que Kavanaugh sea el nuevo juez del Supremo tras su interrogatorio del lunes ante el Comité Judicial del Senado puede suponer un disgusto con las mujeres y los votantes independientes, que son la piedra angular de las mayorías del Congreso.

El precedente

La incertidumbre en las filas republicanas evoca el incómodo precedente de las audiencias del juez propuesto para el Supremo Clarence Thomas tras una denuncia de la profesora de Derecho Anita Hill por acoso sexual en 1991. A pesar de que Hill perdió la batalla, tras un interrogatorio que fue todo un linchamiento, su lucha se convirtió en una inspiración para muchos y 1992 fue llamado «el año de la mujer» por el gran número de féminas que entraron en el Congreso. «Los republicanos salimos muy mal parados de las audiencias de Thomas. Tenemos que ser mucho mejores de lo que fuimos en el pasado», reconoció el senador republicano Jeff Flake en el diario The Washington Post.

Los interrogantes también se sitúan sobre Ford, quien aseguró no querer testificar hasta que el FBI no investigue su denuncia. El movimiento, sin embargo, no es fácil porque los agentes ya entregaron información a la Casa Blanca al principio de la nominación. Ahora depende del Ejecutivo ampliar o no las pesquisas, ya que el asalto sexual no es un delito federal.

Según Vanity Fair, la Casa Blanca valora la posibilidad de retirar la nominación de Kavanaugh ante la posibilidad de que salga más información dañina. La propia Ivanka Trump le habría dicho a su padre que «dejase ir» al juez. Otra razón por la que el presidente duda del magistrado es por su desempeño en la Administración de George W. Bush. «Es un hombre de Bush ¿por qué iba a defenderme?», preguntó a varios asesores en el ala oeste.

Sanciones a Rusia

Por otro lado, Donald Trump sabe que necesita a un juez que blinde una mayoría conservadora en el Supremo antes de las legislativos y también que quizás en un futuro puede necesitar ese apoyo para protegerse de la investigación de la trama rusa.

En este sentido, las pesquisas continúan avanzando y ayer, el Ejecutivo estadounidense amplió su lista de sanciones contra Rusia tras añadir a la lista negra a 33 personas y entidades por su relación con los sectores de la inteligencia y la defensa del Gobierno ruso. Entre los sancionados hay personas que están acusadas de haber colaborado con el Kremlin para interferir en las elecciones presidenciales del 2016, según detallaron altos funcionarios del Gobierno que pidieron el anonimato.