Kim recibe en casa a su homólogo del Sur

Zigor Aldama SHANGHÁI / COLPISA

INTERNACIONAL

PYONGYANG PRESS CORPS | Efe

Trump estará muy presente durante las conversaciones de los dos líderes, porque a nadie se le escapa que Moon hará el papel de celestina entre el presidente de EE.UU. y el de Corea del Sur

19 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sonrisas, abrazos, y un paseo juntos en limusina descapotable saludando a miles de norcoreanos que llenaron de júbilo las calles de Piongyang al grito de «¡unificación!». Sin duda, Kim Jong-un y Moon Jae-in parecen una pareja extraña pero bien avenida. Los líderes de Corea del Norte y de Corea del Sur, respectivamente, lo confirmaron este martes con innumerables gestos de amistad durante la tercera cumbre que han celebrado este año, que pasará a la historia por la rápida sucesión de acontecimientos que han llevado la esperanza al último bastión de la Guerra Fría. Sin embargo, este martes tampoco hubo declaración de paz. Ni se espera que la haya al final de los tres días que durará la cumbre más larga y compleja hasta la fecha: las muestras de cariño ya no son suficientes para que el diálogo sea calificado de éxito. Se esperan avances más tangibles que sirvan para sustituir el armisticio de la guerra de Corea por un tratado de paz firme y para avanzar en el esperado proceso de desnuclearización al que Kim se comprometió durante el primer encuentro con Moon y, después, también durante su cita con Donald Trump.

El presidente de EE.UU. estará muy presente durante las conversaciones, porque a nadie se le escapa que Moon hará el papel de celestina entre Trump y Kim. No en vano, el surcoreano se ha convertido en una de las piezas más importantes del deshielo a tres bandas. «Ha sido quien ha logrado que se celebrase la histórica negociación entre Estados Unidos y Corea del Norte. Gracias a eso, la situación en la región se ha estabilizado y podemos aspirar a metas más ambiciosas», afirmó ayer Kim. Desafortunadamente, esos rápidos avances de la primera mitad del año se han detenido. Desde la cumbre de Singapur el 12 junio, Piongyang y Washington se han vuelto a distanciar, razón por la que Moon busca ahora prender de nuevo la mecha entre ambos mandatarios. «Mi viaje tendrá sentido si logra reactivar el diálogo entre los dos países», dijo. Y si alguien es capaz de lograrlo, ese es Moon. De hecho, ya ha arrancado concesiones antes impensables a ambos archienemigos.