Trump posterga un Estado palestino y plantea una «federación con Jordania»

Mikel AyestarÁn JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

YURI GRIPAS | REUTERS

Críticas a la decisión de la retirada de todos los fondos de la ONU para los refugiados

03 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de que Donald Trump reconociera Jerusalén como capital de Israel, moviera su embajada de Tel Aviv a la Ciudad Santa y ordenara cortar todas las ayudas a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), el presidente palestino, Mahmud Abás, desveló que los enviados estadounidenses designados para resolver el conflicto le han propuesto crear una «federación con Jordania», lo que enterraría de forma definitiva la conocida como «solución de los dos Estados».

El dirigente palestino, de 82 años, hizo esta confesión en el transcurso de un encuentro en Ramala con el movimiento israelí Paz Ahora y varios diputados de la Knesset, a quienes adelantó que su respuesta fue: «Sí, pero que me gustaría más una confederación triangular con Israel y les pregunté si los israelíes estarían de acuerdo».

Desde su llegada al poder, Trump ha evitado referirse a la «solución de los dos Estados», uno israelí y otro palestino, con capital compartida en Jerusalén, siguiendo el consenso internacional, y ha abogado por «un acuerdo de paz regional» que incluya a más países. Esta propuesta de «federación con Jordania» realizada a los palestinos iría en esta línea, aunque Abás no dio detalles sobre el escenario planteado en esta ocasión y quiso dejar claro que rechazaba la oferta mientras Israel no formase parte de dicha confederación. El dirigente palestino también informó de que mantiene «reuniones regulares con los responsables del Shin Bet [servicio de seguridad israelí] con los que estoy de acuerdo en el 99 % de los temas que tratamos».

Decepción y boicot

Una parte de la derecha israelí considera que una confederación palestino-jordana sería una forma de evitar la creación de un Estado palestino independiente, y de deshacerse de cualquier tipo de responsabilidad respecto a los 3,5 millones de palestinos que viven en Cisjordania, territorio ocupado militarmente por Israel desde hace más de medio siglo.

Trump se fijó el objetivo de lograr un acuerdo «final» de paz entre Israel y los palestinos, y encargó a su yerno y consejero Jared Kusher trabajar con un equipo en este proyecto.

A la espera de conocer el anunciado plan de paz estadounidense, las decisiones adoptadas hasta ahora por la Casa Blanca responden a la agenda del Estado judío y decepcionan en general a unos palestinos que han terminado por boicotear a Trump y a sus enviados, su yerno y Jason Greenblatt, ambos judíos.

En su reciente viaje a Tierra Santa, el asesor presidencial de seguridad, John Bolton, adelantó que «no hay fecha concreta» para dar a conocer este plan, pero aseguró que de ninguna forma estaría listo para la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas.

El presidente palestino lamentó en su encuentro de Ramala con los activistas y políticos israelíes la hostilidad de Estados Unidos. «Está cerrando las opciones para reiniciar un proceso», expresó Mahmud Abás, quien censuró la decisión de Trump de cortar todos los fondos de UNRWA y advirtió además que el magnate americano «quiere destruir del todo» la agencia que se encarga de dar a apoyo a los 5,4 millones de refugiados palestinos que, amparándose en la resolución 194 de la ONU, reivindican su derecho al retorno.