Sobrevivir
La Corporación Editorial Maneiro (CEAM, que así se llama el monopolio) ha tenido enormes lagunas en la provisión del producto imprescindible para editar un periódico. Esto, sumado a la propia crisis de la industria editorial y a un entorno en el que el Producto Interior Bruto (PIB) se ha reducido casi a la mitad durante los años en los que ha gobernado Nicolás Maduro, han hecho que de las 134 cabeceras que existían hace cuatro años, queden apenas 64, según la oenegé Espacio Público. Muchas de ellas son nombres importantes, sobre todo regionales, en la prensa venezolana, como La Religión, el periódico de la Iglesia Católica, que era el decano de los diarios.
Pero la crisis de papel, por supuesto, «golpea» más a los periódicos críticos del Gobierno, como señala el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) que ha realizado una investigación, llamada Propietarios de la Censura, en la que, entre otras cosas, indica que los periódicos que han pasado a capitales cercanos al chavismo, y lo demuestran en su línea editorial, nunca, o casi nunca, se quedan sin papel.